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T/n

Me desperté despacio parpadeando un par de veces para aclarar mi visión. Me di cuenta de que aun seguía en la habitación de Mattheo, pero el no estaba por ningún lado. Me levante de la cama con cuidado y camine hacia el baño, cuando entre me puse roja al ver que Mattheo estaba duchándose.

—Buenos días — me sonrió.

—¡Diablos! — puse todo mi esfuerzo en no mirar hacia abajo pero mis ojos me hicieron una mala jugada y echaron un rápido vistazo ¡Mierda!, si que era grande —Y-yo lo siento, perdón, debí tocar — me di la vuelta y salí del baño cerrando la puerta de golpe.

Después de unos minutos Mattheo salió del baño ya vestido y se sentó a mi lado. 

—Dame tu mano — pidió.

—¿Para que? — lo mire con curiosidad. 

—Ya lo veras. Anda, dámela.

Le di mi mano y el la tomo con delicadeza, se había quitado uno de sus anillos y lo puse en mi dedo con cuidado. Me quede sin palabras ante el acto, el anillo tenia una serpiente protegiendo un pequeño escudo que contenía la letra R. Lo mire con los ojos lleno de brillo, después de mi hermano, esta era la primera vez que me obsequiaban algo así.

Recordé a Alice en ese momento. Ella nunca me dijo su amor por Mattheo y ahora que lo sabia me sentía confundida, porque me estaba empezando a atraer la faceta dulce que Mattheo parecía ocultar y quería conocer más, quería conocerlo, quería pasar tiempo con el y tal vez... besarlo.

—No puedo aceptarlo.

—Puedes y lo harás — me dio un pequeño beso en el dorso de mi mano. 

—Gracias. Y no solo por el anillo, también por lo de anoche.

Su mano acaricio mi mejilla.

—No me lo agradezcas. Si me necesitas ahí estaré siempre para rescatarte — me planto un beso en la mejilla y se levanto para salir de la habitación. Me di cuenta que sobre la mesa de noche estaba mi uniforme doblado, el lo había traído. Sonreí instintivamente y luego de una ducha me vestí tome mis pastillas y salí del dormitorio.

Cuando bajaba las escaleras vi a Alice hablando y riendo con Layla, parece que se la estaban pasando de lujo y yo no pude evitar sentirme traicionada, ¿Cómo se atrevía a hablarle a Layla después de todo lo que a hecho? Fruncí el ceño con fastidio y les pase por el lado ignorándolas por completo. Mientras caminaba hacia el comedor Queen me abordo en el pasillo caminando a mi lado.

—Adivina adivinador.

—¿Adelantaron las vacaciones de navidad?

—Eh, no, algo más divertido — sonrió y la mire curiosa Esta noche tendremos una fiesta, durara toda la noche, los Gryffindor encontraron un lugar oculto bajo los terrenos de la casa de los gritos, dicen que es un lugar fuera de serie, dicen que hay una piscina natural con rocas brillantes, Gryffindor dice que será una de sus mejores fiestas, una imperdible.

—Se escucha grandioso — sonreí emocionada —¿A que hora será?

—A las ocho — dijo mientras entrabamos al comedor —Los Gryffindor pondrán letreros mágicos para que los invitados lleguen a la fiesta — finalizo y se fue a su mesa a desayunar. Yo me fui a la mía y apenas pude sentarme cuando vi a Tom entrar, el miedo recorrió mi espina dorsal por lo que agarre un sándwich de jamón y queso y salí del comedor tan rápido como entre.

Entre a la biblioteca escondiendo mi sándwich y lo saque cuando encontré a Hermione, me senté a su lado y le sonreí.

—¿Qué estas haciendo?

(+18) UltraviolenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora