10.

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Capítulo 10.

Niall.

La habitación está en penumbras cuando abro los ojos. Aún es temprano, demasiado temprano. Faltan un par de horas para que amanezca pero yo no creo que pueda volver a dormir.

Grace está a mi lado. Tumbada boca abajo, destapada, abrazando mi cintura, su mano sostiene mi camiseta, quizás creyendo que por algún estúpido motivo me iré de su lado. Su respiración es suave, tan suave que me siento más relajado.

Se ve tan vulnerable, tan frágil. Mis deseos de protegerla se hacen más fuertes. Lentamente me giro en su dirección, ella se remueve, pero no despierta.

La observo bajo la poca luz que entra a través de mi cortina relativamente abierta. Observo sus labios, esos labios que me besaron hace un par de horas atrás. Recordar ese momento, me provoca un ardor en la parte baja de mi vientre, me siento excitado de solo imaginarme besándola otra vez.

Me repito varias veces que es normal sentirme así, tengo apenas veintiún años. Estoy viviendo la etapa donde nuestro deseo sexual es increíblemente alto. El único problema, es que mis deseos carnales están ligados a mi hermana.

Nunca antes había sentido la enorme necesidad de tocar a una mujer. Cuando era más joven, tuve un encuentro con una chica, pero solo fueron unos tontos besos de adolescentes, nunca me sentí altamente atraído por el sexo opuesto. Y esto no tiene nada que ver con mi sexualidad, sé que me gustan las mujeres, es solo que, no me importaba, centré mis gustos y pasatiempos en otras cosas, como aprender a tocar la guitarra, a leer, a dedicarme a mis estudios para entrar a una buena universidad.

Pero cuando miro a Grace, me doy cuenta que esto no se compara a mis fantasías de adolescencia. Verla a mi lado, me hace desear conocer más, deseo experimentar esa sensación que tanto he leído y escuchado. Quiero que ella conozca mi cuerpo, que recorra lugares que nadie a conocido de mí.

Mi lado carnal desea eso y mucho más, le permito a mi mente crear un mundo donde esto está bien, donde no importa que somos realmente. Pero luego, luego caigo, caigo tan fuerte contra la realidad que nos rodea, que la tristeza llena todo mi ser.

Pienso en nuestros padres. No puedo dejar de pensar en ellos cuando vuelvo a la realidad. Es estúpido pensar que ellos en algún momento de su vida aceptarían algo como esto. Nos han criado juntos, como hermanos, sin importar el lazo sanguíneo. Mi madre siente suya a Grace, como mi padre lo hace conmigo.

Somos una familia. Para el resto del mundo somos una familia, para nuestros parientes, para nuestros amigos de la escuela, del instituto y universidad. Para nuestros amigos cercanos, y para nuestros maestros, para todos.

No mentía cuando le dije que no tendríamos una vida si continuabamos esto. Vivir en la clandestinidad no me hace feliz. Grace es la primera chica por la cual siento algo, la primera chica que me gusta, y aunque quisiera gritarlo a los cuatro vientos, sé que eso jamás podrá ocurrir.

Pero ahora, justo ahora en este momento, no quiero pensar en eso. Me quedo despierto varios minutos más, pero luego mis ojos comienzan a cerrarse.

[...]

No sé cuanto tiempo dormí después de haberme desvelado en la madrugada. Cuando abro los ojos otra vez, es de día, grace no está a mi lado. Busco mi móvil bajo la almohada y miro la hora, son las once de la mañana.

Cuando estoy apunto de levantarme, la puerta de mi habitación se abre. Grace aparece ante mi, su hermoso cabello está despeinado, aún está en su camiseta de dormir.

-Buenos días.—Me saluda cerrando la puerta detrás de ella con seguro.

-Buenos días.—Respondo con voz rasposa.

𝐒𝐈𝐄𝐌𝐏𝐑𝐄 𝐇𝐀𝐒 𝐒𝐈𝐃𝐎 𝐓Ú - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora