CAPÍTULO 14

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Llegué a California por la tarde. Poco más de dos horas en avión, dormí durante todo el camino, parecía que al fin estaba en paz. Dormí como no lo había hecho en todos estos días. Paz y tranquilidad, todo lo que necesitaba y sentía que me faltaba desde aquel día, sin dejar de lado que mi corazón había quedado vacío. No huía, simplemente debía alejarme por un tiempo de todo este sufrimiento. Aileen tenía razón, todo mi mundo se encontraba ahí pero no podía seguir si antes no sanaba yo misma.

Sus recuerdos siempre estaban conmigo, me seguían a cualquier lugar al que yo iba. En cuanto aterrizamos un aire distinto inundo mis pulmones, fui por mi equipaje y suspiré profundo. No sabía a donde ir, ni siquiera tenía planes, no conocía a nadie y me sentía aún más perdida. Tuve que cargar con mi equipaje el resto del día mientras buscaba un buen departamento, subí a un taxi y el conductor me ayudo un poco, quien por cierto notó mi depresión al instante, no le dije nada pero este en cambio me recomendó unos buenos lugares. Gracias a su ayuda pude dar con un sitio antes de caer la noche.

— ¿Eres nueva aquí? —preguntó el que al parecer era mi vecino.

—Mmm, sí—contesté dudosa al tiempo en el que insertaba la llave en la puerta para ingresar a lo que sería mi hogar por el tiempo que fuera necesario.

—Bienvenida—me dijo carismático. Yo solo asentí con una sonrisa fingida y cerré la puerta.

Dejé mi equipaje sobre la cama, era un buen lugar, vista hacia la calle principal, una pequeña sala y una cocina, un cuarto de baño y era todo lo que necesitaba además de la habitación. Todo era tan diferente, pequeños arboles fuera del departamento, el aire era frio pero lo podía soportar, después de todo era diciembre. Acomodé mi equipaje para tener algo que hacer mientras caía la noche, mañana daría una caminata, conocería el lugar y buscaría algo en lo que distraerme. Edificios a mi alrededor, autos circulando por las calles de california. Algo acogedor.

Comí algo cuando terminé de desempacar, hacía mucho que la comida no sabía a nada, era más bien una manera de ingerir algo sin tener sentido, confiaba en que estando aquí todo fuera mejor, amenos su aroma ya no inundaba la habitación pero me sentí mal al tratar de recordar su voz, porque sinceramente no pude recordarla, no tenía ningún mensaje de él. Al instante recordé que tenía los videos, lo único que me hacía saber que él nunca había sido una ilusión. Me senté sobre el sofá con las piernas flexionadas, tomé la laptop y la encendí, abrí los vídeos que había en la red, vi el primero y el ultimo, sensaciones tan distintas, el primero me hizo reír pero el ultimo me hizo llorar porque yo salía en él, lo admiraba. Instintivamente vi los comentarios al tiempo en el que se escuchaba su voz por las bocinas, inundando mis oídos. Había muchos comentarios lamentando su muerte, todos lo sabían, medio mundo me daba ánimos, sabían sobre lo nuestro, nos apoyaban, eran sinceros y amables. Cerré la laptop al instante y me prometí no volver a verlos nunca más en mi vida.

No podía dormir.

Al igual que en las noches anteriores me detuve a pensar en todo. Miraba hacia un punto indefinido y me imaginaba lo que habría sido de nosotros si nada de esto hubiera pasado. Le mandé un mensaje a Jazzy y a Alex avisándoles que ya había llegado y que ya me había alojado en un buen lugar, no di muchos detalles porque no había mucho que decir, después de todo era la primera noche que estaba en este lugar. Era una especia de comienzo pero no estaba segura de si quería emprender.

Por la mañana siguiente desperté muy temprano, las ojeras había desaparecido un poco, mis ojos ya no estaban hinchados pero seguía sintiéndome mal. Me duché, me vestí y tomé un abrigo para salir a caminar un poco. Llevé mi bolso conmigo y eché las llaves de mi nuevo hogar.

SOLO QUIERO AMARTE - Eternamente hasta el final (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora