CAPÍTULO 6

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Nos la pasamos genial el último día con nuestros amigos. Los extrañaría demasiado pero volvería a verlos en un par de semanas.

— ¿Ya tienes todo listo?

—Sí, todo listo ¿y tú?

—También.

En cuestión de minutos estaríamos camino al aeropuerto, había preparado mis maletas desde muy temprano y Andrew apenas unas horas después, lo raro es que terminamos al mismo tiempo. Nos habíamos despedido de nuestros amigos y ahora solo quedaba ir camino a Paris.

—Esta será la mejor experiencia de tu vida—me aseguró.

—Apuesto a que también será la tuya.

Estábamos esperando que anunciaran nuestro vuelo, faltaba poco tiempo. Había muchas personas entrando y saliendo del lugar, jóvenes, niños y adultos viajaban al igual que lo haríamos nosotros. La diferencia era que esta era mi primera vez fuera del país con un chico a mi lado. Andrew.

—Es hora—me dijo al momento que se escuchaba el anuncio de nuestro vuelo.

Tomamos nuestras cosas y nos dirigimos hacia allá. Más de tres horas rumbo a otro país y yo, era un manojo de nervios. Muchas personas subieron al mismo vuelo que nosotros. Andrew me tomaba de la mano mientras caminaba a su lado.

Aún no podía creer que esto estuviera pasando, demasiado bueno para ser verdad.

— ¿Emocionada? —preguntó.

—Absolutamente.

—Espera a ver lo que te tengo preparado.

¿Había más? Es que él es un romántico de los románticos. A veces me pregunto si es el único en el planeta que sigue siendo así. Es decir, no es que existan muchos hombres a los que les agrade hacer este tipo de cosas. Soy muy suertuda por habérmelo encontrado en aquel concierto.

— ¿No puedes decírmelo?

—No, por nada en el mundo. Lo diré hasta que lo veas con tus propios ojos.

—Dímelo, harás que me quede con la duda durante todo el camino.

Subimos al avión.

—No lo haré. Solo descansa que nos espera un largo viaje.

Hice un puchero pero no dije nada más, sabía que no me diría absolutamente nada.

—No te molestes. Te aseguro que te encantará.

Tuvimos pequeñas conversaciones durante el viaje, dormí por un tiempo aunque en realidad creo que dormí más de lo que creía. Andrew también durmió pero cuando desperté él estaba mirándome con una enorme sonrisa en el rostro.

— ¿Qué?

—Nada.

Seguía mirándome y yo hice igual.

— ¿Nada?

—Nada.

Nos miramos por un buen rato sin decir nada, solo estábamos nosotros dos y nadie más. Es de esos momentos que amo demasiado. Solo contemplarnos sin decir nada y todo a la vez. Es mágico.

Por el altavoz escuchamos a alguien decir que en cuestión de minutos aterrizaríamos. Me asomé por la ventana y veía pequeñas casas a lo lejos, muy lejos, eran diminutas.

Andrew se acercó a mí y me susurro al oído.

—Pronto estaremos allí abajo, ¿no es genial? Solo tú y yo.

SOLO QUIERO AMARTE - Eternamente hasta el final (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora