AKRAM
Por más que lo intentase era incapaz de concentrarme en los informes que me estaban siendo presentados, cada líder de tropa debía reportar las bajas y los resultados tras el ataque de los mercenarios y si hubo algún civil herido, pero solo era capaz de tener una expresión neutral puesto que no estaba prestando atención.
De mi mente no salían las expresiones de Adhara, parecía triste y culpable por todo lo acontecido con los mercenarios, a la par que un tanto decepcionada y distante; y podía comprender las razones de su lejanía, pero lo que más me inquietaba fue ese último beso antes de mi partida, no tuvo la entrega que de costumbre nos dábamos, en su momento lo asocié precisamente a ese sentimiento de culpa que ella cargaba y que por más que le dijese que nada de lo ocurrido se debía a ella, Adhara se seguiría con aquel cargo de conciencia. Empero cada que le daba más vueltas al asunto la palabra "despedida" se me venía a la mente.
No creía que Adhara fuese capaz de marcharse sin decir nada, ambos éramos conscientes de que tendríamos que separarnos tarde o temprano, pero aún teníamos tiempo para disfrutarnos.
-Fariq Awwai -Llamaron mi atención -Estamos esperando sus nuevas órdenes respecto a la seguridad del reino.
-Redoblen la guardia, especialmente en la dirección que tuvo lugar el ataque, si se atrevieron a llegar por aquel lado es porque creyeron que es un punto débil, asegúrense de que no lo sea. -Lo miré serio, a lo que simplemente asintió. -Manden soldados encubiertos a todas las aldeas aledañas y los pueblos que nos rodean, que vayan también con nuestros aliados y que al retornar informen sobre posibles amenazas, no me importa si se trata de un levantamiento de 20 panaderos, no podemos confiarnos de nuevo.
-Así será señor.
-Ya pueden retirarse. -Finalicé para despacharlos y así poder volver al palacio, y tener una última reunión con mi padre.
-Fariq -Llamé a mi segundo al mando mientras montaba mi caballo. -Revisen el inventario de armas y que el herrero revise el estado de las mismas, si es necesario hacerles mantenimiento que lo haga a la brevedad posible.
-Delo por hecho, señor. -Se volteó hacia los que aún se mantenían expectantes a mis órdenes -Ya oyeron, revisen y saquen todas las armas que tenemos en...
No pude escuchar más, pues ya había partido en dirección al palacio seguido por mis escoltas.
Una vez llegamos y fui anunciado antes de ingresar al salón principal, me encontré con un ambiente más iluminado de lo normal, y con un leve aroma a incienso mezclado con esencia de flores. Debió llegar alguien muy importante para que se tomaran tales molestias.
A medida que iba ingresando noté como todos los ojos estaban puestos en mi, a diferencia de otras ocasiones en las que ni siquiera se percataban de mi presencia.
-Al fin llegas hijo -Escucharlo me produjo un rebrote de rabia interna -Te esperábamos un tanto más temprano. -Su tono era de regaño disimulado tras una sonrisa y un intento por sonar gracioso.
-Primero son mis deberes como príncipe ¿Verdad padre? -Respondí con sorna.
Khaleb emitió un sonido burlesco que trató de disimular con una tos y una expresión de total desaprobación, aunque sabía que le divertía cada vez que desafiaba a nuestro padre.
-Me alegra que lo tengas tan claro. -Sonrió de una forma que me provocó un leve estremecimiento, como si supiese algo que yo no. -Oh pero que descortés de mi parte, -hizo un ademán solemne y señaló en dirección mía, pero sin señalarme realmente puesto que mas bien parecía señalar a la entrada que se encontraba tras mío, -aún no te presenté a nuestros invitados.

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AKRAM: ¿Un Príncipe árabe puede enamorarse?
RomanceEn las lejanas tierras árabes Adhara sueña con historias de amor y recuerdos de una época en la que la abundancia y buena fortuna acompañaban a su familia. Los tiempos de bonanza pasaron, ahora no es más que una esclava, y la esperanza de amar y ser...