AKRAM
Me encontraba aún absorto en mis pensamientos cuando fueron interrumpidos por la voz de mi padre.
-¿Qué dices Akram?
-¿Sobre qué? -Dije neutral
La molesta mirada de mi padre me hacía pensar que tal vez se trataba de un asunto importante.
-El Jeque desea conocer nuestra ciudad, quién mejor que tú para mostrársela. -Su tono sugerente me decía que había un plan no dicho y que no era una pregunta, sino más bien una orden.
Desde luego me parecía algo irrelevante, dado que tenía un par de asuntos pendientes que prefería tratar.
No tenía el mas mínimo interés de pasar el resto del día sirviendo como guía de mercenarios, especialmente si tendría que estar en compañía de Malek.
Era mi propósito mantenerlo vigilado, pero, si podía hacerlo a distancia por mi parte resultaba mejor.
-Tal vez el más indicado sea Khaleb. -No solo me negué de forma casi descarada, sino que lo estaba desobedeciendo, esperaba que ello no afectase a lo que planeaba hacer después.
-Desde luego, atenderé a nuestros invitados. -Accedió de inmediato Khaleb.
Él siempre tan complaciente, solo sabía obedecer, aunque hoy lo agradecía. Con seguridad notó mi poca predisposición a la idea de servir como guía y supo que sería una causa perdida.
Así pues, todos se retiraron una vez terminó el desayuno, solo quedábamos mi padre y yo en el comedor.
El momento había llegado, era mi oportunidad de poder sondear el tema del matrimonio y buscar una alternativa.
En cuanto se puso de pie lo imité y me puse delante suyo, cortándole el paso e impidiendo que se fuera a sus aposentos.
-Me gustaría hablar con su majestad sobre un asunto que tenemos pendiente. -Traté de iniciar la conversación.
-¿De qué quieres hablar?
Tomé una respiración profunda mientras pensaba cómo tocar el tema e infundirme valor.
-Cuando llegué a la boda de Khaleb mencionó un posible compromiso con la hija del Jeque Zoram, a lo cual, por supuesto, mantengo mi rechazo. -Estaba tratando de ser cuidadoso con mis palabras, no buscaba enojarlo antes de tiempo -Sin embargo, señaló que tendría hasta su regreso para encontrar con quien comprometerme.
-Lo recuerdo. -Pareció más interesado ahora -Es por ello que estabas tan distraído esta mañana ¿Vienes a decirme que ya encontraste con quién comprometerte? -La incredulidad en su tono era evidente, realmente creía imposible que yo pudiese ser capaz de comprometerme por propia voluntad, o que siquiera llegase a sentir algo por alguien que no fuese yo.
No lo culpaba, puesto que hasta hace poco yo mismo creía que algo así era imposible.
-Es probable. -Me limité a decir. No quería dar detalles de Adhara aún.
-Me pregunto quién podría ser más digna que la hija del Jeque Zoram para ser la prometida de un príncipe.
El Jeque Zoram ostentaba uno de los más bastos y fértiles territorios dentro de nuestro reino, su influencia era decisoria en el consejo y definitivamente era capaz de poner a favor o en contra a una gran cantidad de ciudadanos sobre los cuales parecía ejercer cierto poder. Sin mencionar que sus cultivos abastecían una gran parte de nuestras reservas alimenticias.
Pero nada de ello me importaba, no era mi ambición el poder o las tierras, de nada me habían servido, en Adhara había encontrado todo lo que jamás había podido darme todo el oro del mundo: Felicidad.

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AKRAM: ¿Un Príncipe árabe puede enamorarse?
RomanceEn las lejanas tierras árabes Adhara sueña con historias de amor y recuerdos de una época en la que la abundancia y buena fortuna acompañaban a su familia. Los tiempos de bonanza pasaron, ahora no es más que una esclava, y la esperanza de amar y ser...