CAP XXVI

96 12 0
                                    

Pov William

El día del cuarto mes de nacimiento de Gabriel me recibió con cantidad de trabajos pendientes. Durante toda la mañana no pude estar con él y Liam porque debía si o si adelantar trabajo.

Tipo tres de la tarde ya para las cuatro, y estando en mi oficina, llega uno de los hombres que puse al cuidado de mis amores, informando que Liam necesitaba de mi presencia. Sabiendo que para después sería más el trabajo que tendría que revisar, salí de la oficina y camine al jardín donde presencie algo que me puso feliz. Mire la faceta de aquel Liam que defiende a capa y espada a nuestro hijo; pensé que era difícil que sus hermosas facciones llegarán a causar miedo, pero tal parecer que estaba en lo incorrecto. Cuando lanzo a un lado a Johana y corrió de su camino a las otras tres chicas tomo a Gabriel y entro.

-- Encarguense de ellas -- Le dije a los dos hombres que estaban al cuidado de familia -- Que no sea un castigo severo, pero si uno que les haga entender que con cualquier cosa deben meterse menos con aquellos que son Mi hijo y Liam.  -- Después de eso marche a toda prisa hasta estar dentro de la habitación, nota como la paciencia de Liam estaba por desbordar y el llanto de Gabriel no le ayudaba para nada. Tome en brazos al ya algo rojo bebé y le arrullo, Liam entro al baño en el momento que Pilar entro a darme el biberón y volvió a salir. Al rato salió mi Pelinegro con algunos mechones de pelo mojado igual su cara, estaba más relajado.

Cuando ya estuvo dormido el bebé, lo deje en la cama, me acerque a su papá y le bese; lo alce en brazos y lo lleve hasta la cama donde le acomode y acurruque junto a Matt.

-- Descansa un rato. Voy a continuar adelantando algunas cosas, volveré después ¿Vale? -- Asintió en afirmación, le di un beso y salí de la habitación.

•••

Regrese agotado ya pasada las diez de la noche; entre al cuarto y me encontré con la imagen del día, Liam cargaba al ya dormido Gabriel. Cuando me ve, lo acomoda en cama mientras me quitó las prendas y así poder dormir.

-- Has cenado -- Me pregunta.

-- No, he tenido poco tiempo la verdad.

-- Pedí algo porque me imaginé que vendrías con habré. -- Me impresionó un poco pero sonreí y me acerque a la mesa donde estaban dos platillos tapados. Me senté y empecé a comer. Estaba concentrado disgustando del alimento que no me di cuenta en qué momento se acercó Li; solo sentí como posaba sus manos en mi hombro y las movía en señal de masajes. -- Perdona haberte causado más problemas el día de hoy.

-- No. Al contrario, me agrado saber que cuando se trata de defender a nuestro pequeño eres toda una fiera -- Reímos sin subir tanto el tono, para no despertar al pequeño. -- Es bueno que seas así, lo único en lo que tienes que practicar, es el controlar la irá.

-- Lo prometo -- Dijo sin César el contante y placentero masajeó. Creo que podré acostumbrarme a esto.

-- ¿No crees que es hora de que Gabriel duerma en su propia cuna? -- Pregunté. Solo dos veces hemos hablado de lo mismo pero Liam cree y dice que está demasiado pequeño todavía. ¿Será él o yo quien exagera?. Cesó el masajeo, ya saciado el hambre gire la silla hasta quedar frente a él y sentarlo en mi pierna. -- No se... Si dices que aún no, seguirá durmiendo con nosotros.

-- Sabes, creo que tienes razón. -- Es un progreso bastante grande tener su aprobación -- Eso si, nada de dormir en otra habitación -- Negué con la cabeza mostrando que estaba de acuerdo con él. Por inercia mi mano fue a dar a su trasero y mi vista a sus labios. -- Pao Pao -- Me pego en las manos que estaban en sus nalgas. -- No entiendo porque mantienes siempre caliente.

-- Sufre de Exitaditis -- Espete y volvimos a reír por la gracia de lo dicho.

-- Yo controlo mi irá, y tú controla tus contantes deseos sexuales, si fueras el pasivo y te tuvieran que penetrar con algo de semejante tamaño me entenderías. -- Ok, aquí si no pude bajar tanto la risa, Liam me tocó la boca para aminorar el ruido.

-- No te preocupes, en ningún momento he deseado recibir. Dar es más sabroso.

-- Eso lo dices porque no has experimentado siendo pasivo. -- Nos miramos a los ojos y sonreímos. -- Pero bueno, dejemos ese tema, que lo que empiezo a sentir debajo de mí me gusta, pero ahora no lo quiero probar.

-- Solo una ronda lo prometo.

-- Ni una, ni tampoco media. -- Intento ponerse en pie y escapar pero no tenía pensado dejársela fácil. Y mucho menos acostarme a dormir con este problema en medio de mis piernas. -- Amor es en serio -- WOW. Escuchar esa frase me sorprendió y a la vez me comentó más.

-- Me encanta esa frase, me gustaría escucharla mientras gimes por mis penetraciones.

-- Ah si -- Dice sonriendo con algo de picardía. -- Muy buena propuesta.

-- No encontrarás otra mejor -- Ya mi hombría estaba en totalmente inclinada. -- No me iba a duchar, pero ahora o veo prudente. ¿Me acompañas? -- Lujuria al 100%

-- Por supuesto.

Peligroso amorWhere stories live. Discover now