El hijo de Zeus y ¿Medusa? (Harco)

Parte 2

Draco quiso separarse, pero el castaño lo tenía aferrado contra él. Comenzó a acariciarle el torso al rubio, aunque este se resistía.

Intentó quitarle la mano, pero Poseidón era más fuerte. El castaño comenzó a desvestir al rubio y lo lanzó al suelo.

El rubio soltó un quejido e intentó levantarse y correr, pero ya era tarde, Poseidón se había colocado encima suyo aprisionándolo.

El hombre levantó un poco la falda del chitón demostrando que no había nada bajo aquello exceptuando una tremenda excitación por el rubio. Este comenzó a refregarse contra Draco y aunque el rubio lloriqueaba pidiéndole que pare, el Dios del mar no le hizo caso, levantó el chitón de Draco y le abrió las piernas fuertemente, se colocó entre ellas y colocó su pene entre medio de las nalgas del rubio, comenzó a fingir embestidas.

Poseidón gemía del placer, mientras el rubio lanzaba manotazos y lloriqueaba, comenzó a gritar pidiendo ayuda, pero el Dios le tapó la boca con una mano.

— No escaparás. — Le dijo, para luego levantarle un poco la parte de la cintura e introducir de una estocada su pene.

Draco gritó desgarradoramente.

— Por favor, pare. — Le pidió con la voz aguda del dolor.

Poseidón lo ignoró y comenzó estocada tras estocada, gemía y fuertemente apretaba el culo del rubio dejándole unas marcas moradas, le mordía el torso dejándole marca, o en algunos, haciéndole sangrar. Comenzó a ir más rápido y acabó dentro del rubio.

Draco tenía la garganta desgarrado por tanto gritar y se había secado de tantas lágrimas, estaba aliviado de que ese infierno acabara.

— No he acabado contigo, mi cielo. — Habló el Dios, Draco tenía ganas de vomitarle.

Volvió a colocarle su pene erecto nuevamente de una estocada.

Draco ni se inmutó, sentía su culo palpitar del dolor, el dolor ya estaba, no sentía más.

Draco miró el techo y se quedó mirándolo un largo tiempo, ya no lloraba, ya no gritaba del dolor, ya no se quejaba, se sentía muerto.

Poseidón hizo lo que quiso por un buen rato.