El hijo de Zeus y ¿Medusa? (Harco)

Parte 16

Draco lo miró a los ojos, y se asustó de lo dicho, se puso a la defensiva, entonces, las serpientes volvieron.

Harry iba a volver a hablar, hasta que sintió como no podía mover las plantas de los pies.

— ¿Draco?

Ambos miraron como lentamente Harry se estaba convirtiendo en piedra.

— ¡No, no, no! ¡Harry! ¡No! ¡Lo siento! — Lo abrazó. — No fue mi intención.

— Oye, tranquilo, — Harry le agarró las mejillas y lo miró a los ojos. — Se que no lo hiciste apropósito. — Le sonrió. — Tienes los ojos más preciosos. No llores, quiero que lo último que vea, sea a ti, sonriendo. — le besó los labios. La mitad del torso de Harry era de piedra.

Draco se limpia las lágrimas.

— Harry, lo siento mucho.

— No pasa nada, oye, solo ocurrió, no había ocurrido antes y no sabías que iba a ocurrir.

Draco no paraba de llorar y Harry las quitaba con sus pulgares. Harry le sonreía con amor hacía Draco y el rubio se arrepentía de haberse de enamorado de un mortal semidiós.

— ¿Harry? — Se hoyó a Scorpius a lo lejos.

Scorpius se había despertado por tanto ruido y se trasformó, quedando en la espalda de Draco.

— Scorpius, ven. — Dijo Harry sonriéndole, y moviendo los brazos para que le dé un último abrazo. Era piedra hasta por debajo de los brazos.

Scorpius comenzó a llorar y luego con ayuda de Draco, abrazó a Harry.

— Siento mucho no ver como vas a cuidar del mar, pero seguramente vas a ser el mejor. — Le guiñó el ojo y el niño rió mientras se secaba las lágrimas. Scorpius se bajó dejándole lugar a su padre. — Te amo ¿Sí? — lo besó. — Sonríe, alguien se puede enamorar de tu sonrisa.

Las manos de Harry comenzaron a convertirse en piedra al igual que su mandíbula. Soltó la cara de Draco para que no quedaran duras al rededor de él.

— También te amo. — Dijo Draco en momento de desesperación, pero ya era tarde, Harry era completamente de piedra.