Aires navideños

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La reaparición de Hagrid en la mesa de los profesores al día siguiente no fue recibida con entusiasmo por todos los alumnos. Algunos, como Fred, George y Lee, gritaron de alegría y corrieron por el pasillo que separaba la mesa de Gryffindor y la de Hufflepuff para estrecharle la enorme mano; otros como Parvati y Lavander, intercambiaron miradas lúgubres y movieron la cabeza; Draco y su pandilla miraban al semigigante con desprecio y hacían burlas lo suficientemente altas para que todos en el Gran Comedor escucharan; por otro lado, Harry, Ron, Hermione y Alexa estaban sumamente contentos por su llegada.

Los tres primeros ya habían ido la noche anterior a visitarlos pero Alexa no pudo concurrir ya que quedó intentando consolar a Mattheo por su pelea con su mejor amigo. Ella no estaba tampoco de la mejor manera, se sentía extremadamente culpable por haber roto esa amistad, así que hacía lo imposible para ayudar a Mattheo en cualquier cosa.

- ¡Hoy vamos a trabajar aquí! - anunció Hagrid alegremente a sus alumnos, señalando con la cabeza los oscuros árboles que tenía a su espalda - ¡Estaremos un poco más reguardados! Además, ellos prefieren la oscuridad

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- ¡Hoy vamos a trabajar aquí! - anunció Hagrid alegremente a sus alumnos, señalando con la cabeza los oscuros árboles que tenía a su espalda - ¡Estaremos un poco más reguardados! Además, ellos prefieren la oscuridad.

- ¿Quién prefiere la oscuridad? - preguntó Malfoy ásperamente a Crabbe y Goyle con un dejo de pánico en la voz.

Alexa estuvo a punto de responderle y burlarse de él como su común enfrentamiento, pero se aguantó por no avivar el fuego entre su novio y él.

- ¿Listos? - preguntó Hagrid festivamente mirando a sus estudiantes - Preparé una excursión al bosque para los de quinto y séptimo año, pero ellos ya vinieron ayer. Pensé que sería interesante que observaran estas criaturas en su hábitat natural. - se dio vuelta y entró en el bosque.

La clase empezó a seguirlo; Alexa se acercó a Mattheo y entrelazó su mano con la de él. Al principio pegó un salto por la sorpresa pero cuando ella le susurró en el oído <<Soy yo>> sonrió ampliamente.

Caminaron unos diez minutos hasta llegar a un lugar donde los árboles estaban tan pegados que no había ni una gota de nieve en el suelo.
Hagrid, con un gruñido, depositó una media vaca en el suelo, haciendo que a Alexa le diera una arcada. Luego, retrocedió y anunció:

- Bueno, el olor de la carne los atraerá, pero de todos modos voy a llamarlos porque les gusta saber que soy yo.

Un par de ojos blancos y relucientes empezaron a distinguirse en la penumbra; poco después, una cara y un cuello como los de un dragón, y luego el esquelético cuerpo de un enorme y negro cabello alado surgió de la oscuridad; a continuación agachó la cabeza y empezó a arrancar carne de la vaca muerta con sus afilados dientes.

Un par de ojos blancos y relucientes empezaron a distinguirse en la penumbra; poco después, una cara y un cuello como los de un dragón, y luego el esquelético cuerpo de un enorme y negro cabello alado surgió de la oscuridad; a continuación agachó ...

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Mattheo Riddle y Alexa WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora