Hembra de nadie

🥀V

🥀El amor no te eligió antes, pero ¿Estabas segur@ de que era amor?¿No podría haber sido una ilusión?¿Un deseo?

Kram hablaba, imponía respeto, Uriah estaba detrás de mí atento a lo que "El padre de todos" decía y yo observaba los cuellos de cada Saltein, mis manos sudaban de tan solo pensar en la sangre que corre por sus venas y Uriah como si lo persibiera me acaricia los hombros.

—Ya casi acaba— me susurró al oído, su aliento me dio cosquillas y sentí a mi estómago saltar.

—Luego de las cinco de la tarde nadie podrá salir de sus habitaciones, esto no puede volver a ocurrir. Perdimos cinco vidas, perdimos dos hembras y tres machos, no nos podemos permitir una pérdida tan
grande— rugió Kram mientras miraba a todos y a la vez a nadie en particular.
—Tienen media hora, luego se encierran— dio media vuelta y se adentró a la oscuridad de la cueva, los Saltein comenzaron a dispersarse y Uriah entrelazó nuestras manos.

—¿Quieres...

—Uriah— lo interrumpí
—¿Cómo empezó el incendio?¿Por qué sólo las habitaciones de Marcos y la mía fueron quemadas?¿Cómo es que el humo llegó a tu habitación y no a las otras y por qué la puerta estaba cerrada?— estaba llena de dudas, las cosas no encajaban.

Murieron cinco personas pero el fuego sólo alcanzó las primeras dos habitaciones y estaban desocupadas ¿Entonces cómo es que se murieron?

—Elaine respira, te estás agitando pequeña— me abrazó la cabeza contra su pecho y traté de respirar normal, de calmar mi corazón pero tener tan cerca a Uriah no me hacía fácil la tarea.

—¿Entonces?— le pregunté.

—No se sabe, tal vez la puerta de mi habitación se trabó o...

—¿Oh?— quise saber.

—Pequeña, la mitad del corazón cocido en tu hombro me pertenece, me permite ingresar en tu mente incluso leer tus pensamientos, pero la otra mitad me bloquea, me impide saber lo que sientes en tu corazón y creo que Marcos tiene esa parte de ti como también creo que él aún es capaz de meterse en tus pensamientos.

¿Marco?¿Podría mi hilo destinado haberme hecho eso?¿Por qué me querría muerta si nunca me quiso para nada?

—No...no lo creo, Marco sería incapaz Uriah— sacudí la cabeza negándome a aceptar algo así y me aparté de sus brazos.

—¡ELAINE!— Me giré tan rápido como dijeron mi nombre, pero Marco fue más veloz, esquivó el golpe de Uriah, se agachó y me cargó en sus brazos adentrándonos al bosque.

—¿Qué haces?— miré hacia atrás esperando ver a Uriah viniendo por mí.

Marco dejó de correr, me bajó y empujó mi espalda contra un árbol, se acercó peligrosamente y me alzó las manos por sobre la cabeza.