Deseo [One Piece Fanfic]

XII. Deseo

Capitulo 12
Motivación descubierta

El maestro autoproclamado de Sibila miró como su alumna entrenaba con más entusiasmo desde que le dijo que si quería ver a Law, necesitaba entrenar más fuerte y acabar su horario de entrenamiento, ¡Fue sorprendente el como nombrar al niño pareció recobrar la energía de la niña a un 110% en un solo instante! El esfuerzo en su pequeño cuerpo había hecho grandes mejoras, ¡Ahora era más alta que las niñas de su edad o dos años mayores! ¡Con este método de crecimiento y entrenamiento ella alcanzaría con facilidad los 1,78 e incluso podría llegar a los 1,80 y tantos! Eso era algo que sin duda emocionaba mucho a Sibila, ¡Imagina cuantas cosas podrá hacer cuando sea muy alta!

Podrá alcanzar cosas en los estantes con facilidad, no se aprovecharán de ella cuando sea más desarrollada porque su altura los intimidará, tendrá sexys piernas largas, dará pasos más largos y, sobre todo, ¡No se sentirá tan intimidada con estaturas bestiales como las que hay en One Piece! Demonios, si midiera 1,51 se querría matar mientras está en One Piece, ¡Sería horrible! ¿Por qué? ¡Porque todos eran jodidamente altos! ¡Imagínate que incluso existen las razas de los gigantes de 20 metros, por dios! Ser baja en One Piece es como una sentencia de muerte, ¡Serás aplastada sin darte cuenta!

Ladeando la cabeza, el hombre parpadeó en repetidas ocasiones observando como de la nada su alumna parecía arder en llamas de determinación... ¿O serían de eliminación? Sinceramente no la podía comprender, ¿Cómo una niña podía tener una cara de mierda a esa edad? ¡Parecía como si la hubieran obligado a comer mierda de perro! Y para tener esa cara de come mierda que tienen los adultos, ¡Tienen que pasar muchos años y deben haber pasado por muchas experiencias y cosas de vida, no ser mocosas a las que nunca le han faltado nada en su vida! Demonios, la ciudad en la que vivía la niña era Flevance, ¡Por dios! ¡La ciudad blanca! ¡La ciudad en donde exportaban el más bello de los materiales! ¡Donde quiera que mires hay lujos y cuentos de hadas! ¡Era una ciudad idílica! ¡¿Cómo podía tener tal cara si nunca le había faltado nada en su vida?! ¡Por el amor de dios si sus padres eran sofocantemente cariñosos!

Sin duda alguna, ese viejo maestro sabía que esa niña era más que una niña común y por eso le enseñaba cosas que a otros no, ¡Porque también entendía demasiado rápido esa desgraciada! Cuando comprendiera el significado de algo, lo analizara y buscara las formas más definitivas de mejorar algo... ¡Se volvía una fanática obsesiva compulsiva! Llegaba a darle algo de miedo y espanto tanta energía con una cara tan de mierda.

Vamos, no se confundan, él sabía que su pequeña alumna sería una hermosa joya entre las joyas cuando sea grande, se destacaría como una flor blanca en un jardín cubierto de rosas rojas... pero su expresión era demasiado oscura, como si cargase con los secretos del mundo que iban arrastrándola hasta el fondo del infierno, como si supiera de una catástrofe masiva la cual ella no podría evitar por mucho que lo intentara, esa era la expresión fatídica que siempre portaba la niña y ella ni cuenta se daba.

Quizás por eso todos a su alrededor la sobreprotegían y cuidaban en exceso.

—¡Terminamos por hoy, mocosa! —exclamó el hombre.

—Si maestro —asintió la niña y dejó la bokken a un lado antes de pasar por toda su cara y cuellos una toalla seca.

—Anda a bañarte y luego poder ir a visitar al mocoso —habló seriamente el anciano, entonces miró como el rostro sombrío de la niña se iluminó y por fin mostró emociones de una niña de su edad.

La emoción, anticipación, esperanza y felicidad.

No supo en que momento esa niña fatalista se las arregló para colarse en su corazón y dejarle clavada una astillita en su corazón, simplemente sucedió y el no lo pudo evitar, por lo que la entrenaría lo máximo posible en esos cuatro años que se quedaría en esa isla antes de partir a otra, no le gustaba quedarse por mucho tiempo en alguna isla, era un hombre que le gustaba explorar y viajar, quizás por eso incluso a su edad nunca pensó en asentar cabeza y formar una familia que continuara con su legado.

El viejo hombre miró el cielo con una pequeña sonrisa, ah... se estaba volviendo viejo, ¡Mira lo sentimental que se ha puesto!

Habiendo navegado por los mares se encontró con muchas cosas a lo largo de su vida, tenía varias cicatrices de batallas que indicaban que había vuelto del infierno y sobrevivido, que se impuso ante la tormenta y no se dejó vencer, que fue valiente hasta el final y que ahora se encontraba navegando por los mares más "tranquilos" o los paraísos, que son a comparación del tormentoso, cambiante, errante y poderoso Grand Line el cual no muestra piedad a nadie, en especial en el nuevo mundo hacia adelante.

Tantas cosas vividas, tantas cosas pasadas y tantos recuerdos viejos, buenos y malos, la experiencia era como un deliciosos y encantador fruto amargo, tener que pasar tantas cosas para llegar al punto en donde estás no es nada fácil los buenos y malos momentos, los traumas desarrollados el dolor recurrente o la sensación de libertad.

Hay tantas cosas, ah~ que viejo se estaba haciendo, ¿Cómo sucedió eso? ¡El solo tenía ochenta y cinco años! ¡Todavía demasiado joven!

La señora Trafalgar sonrió encantada de ver como la pequeña Sibila jugaba y cuidaba al pequeño Law, ¡Podía hacer las tareas del hogar mientras la responsable e inteligente niña cuidaba a su primogénito! Aparte, ¡Era la primera vez que veía a la niña sonreía de esa manera! Era simplemente encantadora, ¡Por fin su rostro neutral y algo frio se derretía en una cálida y hermosa cara primaveral!

¿Cómo decirlo? ¡Sibila había heredado la belleza de su madre! Era bellísima y la señora Trafalgar estaba segura de que cuando creciera sería igual de hermosa que Mavis, ¡La madre de Sibila! Aunque lo que le daba algo de miedo era que se pareciera a su padre, ¡El hombre era como un trozo de madera! Siempre con esa misma expresión que solo se derretía ante su hija y su esposa, no quería que una niña tan bonita quedara sola en el futuro por los genes de su estoico y duro padre.

Un tarareo escapó de los labios de la mujer y soltó una pequeña risita divertida al ver a Law en la cara de Sibila la cual estaba tirada en el suelo como una gran estrella de mar, ¡Que lindo se veía Law jugando con el cabello de Sibi-chan! ¡Son tan lindos y unidos!