Deseo [One Piece Fanfic]

XV. Deseo

Capítulo 15
Princesita Lami

Sibila miró en silencio con una expresión amorosa como Law tenía un cierto rostro de fascinación mirando a la pequeña bebé que cargaba la señora Trafalgar en brazos, ¡Law era demasiado lindo y tierno! Y ciertamente Lami parecía un pequeño bollito de leche, ¡Le daban ganas de apretar esas regordetas mejillas que tenía la bebé! Pero no lo haría, ya que ella era consciente de lo terrible que era que te apretaran las mejillas y no poder defenderte, ¡Sus padres lo hacían todo el tiempo cuando era una bebé! Sinceramente, Sibila tenía ganas de llorar cuando eso pasaba.

Su pequeño Law iba creciendo tan rápido, sin darse cuenta el niño ya tenía ocho años y la pequeña Lami tenía cuatro, su maestro había partido ya hace algunos años y él después de despedirse jamás le dijo su nombre, quedaría como un misterio sin resolver entre ambos.

La pequeña niña había florecido y entrado en la preadolescencia, ya con trece años era mucho más alta que el pequeño Law, de hecho, ¡Ella medía unos sorprendente 1,70! Era muy alta entre las niñas de su edad y estaba muy avanzada en las cosas con respecto a las cirugías, pero aun así temía el operar a alguien por lo que solo utilizaba su Room en ella cortando pequeños trozos de plomo ámbar que florecían en sus pulmones, hígado y estómago, aunque terminaba con dolores severos y crónicos debido a la extracción del plomo de su cuerpo.

Esa era una de las principales razones por las que se negaba a operar a alguien, ¡Era demasiado doloroso para las personas dicha operación! El plomo ambas estaban tan arraigadas en su organismo que parecía haber echado raíces dentro de su cuerpo y esparciese como una maleza, creciendo sin control dentro de sí misma sin que nadie se enterara a excepción de ella misma cuando de vez en cuando cada cierto mes se hacía un escaneo de cuerpo completo con su habilidad de Room.

La vida era muy difícil, pero era divertida.

—¡Sibi-chan, Sibi-chan! ¡Vamos, vamos! —exclamó la pequeña Lami de cuatro años mientras la arrastraba para jugar afuera mientras Law seguía estudiando medicina bajo la tutela de su amable padre el cual le enseñaba con paciencia.

La azabache sonrió mientras dejaba que Lami le colorada un ridículamente pequeño sombrero en la cabeza a la vez que aceptaba tranquilamente estar "hablando" con peluches para complacer a la pequeña castaña, celebrando esa "significativa" fiesta de té entre ambas con "vestiditos de princesa" y un montón de cosas imaginativas de parte de la castaña.

En cierto punto se aburrieron y Sibila hizo de caballero mientras "protegía" a la "princesa" Lami de ser atacada por un "feroz y voraz monstruo no reconocido", el cual era la mascota de la azabache la cual no había podido resistirse a traer a ese peludo cachorro blanco de húmeda nariz negra y grandes ojos negros, ¿Cómo abandonar a aquel gran peludo esponjoso? ¡Era un chucho muy agradable y admirable! Era tan energético y bello.

—¡Escape princesa Lami! ¡Yo me encargaré de la gran bestia! —habló Sibila en un tono juguetón mientras era "derribada" por el gran amigo peludo y Lami corría mientras gritaba con una gran sonrisa en su rostro— ¡Atrás bestia del infierno!

—¡Vamos mi valiente caballero! ¡Usted puede! —exclamó Lami desde la ventana del "castillo" el cual no era nada más ni nada menos que la ventana que daba a la cocina.

—¡Oh no! —exclamó juguetonamente Sibila mientras el gran perro blanco mordía entusiastamente la espada de madera y movía su cola con entusiasmo.

Vamos, que el perro no entendía que idioteces hacía la humana frente a él, pero disfrutaba de la atención que le estaba dando y la forma en que jugaba con él sin hacerle daño alguno. Lami gritó alabanzas y demás mientras veía a "su caballero" y a "la bestia" combatir "ferozmente" hasta que finalmente Sibila ganó mientras la gran bola peluda quedaba quieta en el suelo haciéndose el muerto.

—Mi princesa... tengo que confesarle algo ahora que he salvaguardado su honra —habló "caballerosamente" Sibila inclinándose ante Lami la cual estaba sentada en el marco de la ventana.

—¿Qué sería mi amable y valiente caballero? —le siguió el juego la niña con las mejillas sonrojadas mientras sus pequeñas manos elevaban el rostro de la chica.

—Yo... ¡Agh! ¡Maldito perro! —gritó sibila una vez que su rostro chocó contra la pared debajo de la ventana en la que estaba Lami la cual reía escandalosamente mirando como la chica despeinaba ferozmente al pobre perro que solo jadeaban feliz y contento con todo el "cariño" que recibía de parte de la humana alta.

—¿Qué...? —Law miró estupefacto como Lami se estaba partiendo de la risa en el marco de la ventana, con una Sibila con la nariz sangrante mientras el perro blanco de Sibila estaba lamiéndole toda la cara y la derribaba contra el suelo, demonios, él solo había venido a la cocina por un vaso de agua.

—¡Oh! ¡Law! —sonrió brillantemente Sibila, para ser atacada efusivamente por su perro el cual terminó derribándola— ¡Agh! ¡Quítate perro endemoniado!

Law miró la escena de Sibila siendo correteada pro el gran perro blanco y luego sin darse cuenta empezó a reír con Lami mientras ambos animaban -o en caso de Law, se burlaban- de Sibila la cual estaba siendo perseguida por el gran perro por todo el patio de la casa, entonces en un momento inesperado raptó a Lami ya colocó en uno de sus hombros mientras la niña gritaba y reía a la vez mirando como el perro blanco de acercaba para lamerle la cara, causando que se removiera.

Con ojos maliciosos Sibila miró a Law el cual intentó escapar, pero fue tomado por el cuello de la camisa y fue arrastrado por la mujer al patio siendo los tres perseguidos por el perro blanco.

—¡Corre más rápido, nos alcanza! —gritó Law palmeando la espalda de la chica— ¡Ugh! ¡Maldición! ¡Su baba me está tocando! ¡Acelera!

—¡Waaa! —gritó Lami mientras la chica saltaba por la ventana abierta con éxito y sin dañar a los niños.

—¡Aún nos persigue! ¡¿Cómo demonios ese perro pudo saltar más de un metro de alto?! ¡Esto es demencial! —gritó alterado Law— ¡Gaaa! —gritó cuando sintió la pata del perro tocó su gorro y provocó que su vista fuera bloqueada por su sombrero— ¡Acelera Sibila!

—¡Waa! ¡Sanft nos va a comer! —gritó Lami.

—¡Corre! —gritó Law mirando al perro y sus fauces llenas de saliva cerca de su nariz— ¡Acelera mujer, acelera!