: ¡𝖽̵𝗂̵𝖾̵𝖼̵𝗂̵𝗌̵𝖾́𝗂̵𝗌̵!

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era una tarde ligeramente sombría, no había mucha gente transitando, aunque fueran días de verano, particularmente esa tarde era desolada, aunque para un par de adolescentes hormonales no les parecía inconveniente ya que estos casi tropesaban escondidos en un callejón debido a la mala jugada que les estaba jugando la temperatura de sus cuerpos.

ahí teníamos a un megumi devorando la boca de su novia, deleitado por el sabor a sandía que le ofrecían sus labios, era un manjar que no podría dejar de degustar, la chica por el contrario se dejaba llevar ya que era una presa total de aquel depredador que necesitaba todo de ella en ese momento.

— megumi... —jadeaba por aire dulcemente la chica después del beso que le robó hasta el alma, sentía como su intimidad estaba cada vez más húmeda deseando la atención del joven hechicero.

solamente recibió un gruñido como respuesta antes de ser acorralada contra una pared dando la espalda a su novio quien apretaba su cintura con algo de fuerza al menos con la necesaria para rozar su erección contra el trasero de la chica descaradamente sobre su falda, perdía cualquier tipo de vergüenza si la calentura lo sobrepasaba.

— vas a ser una buena chica y me ayudarás con esto, ¿no, cielo? — susurraba el hechicero contra el oído de la fémina lamiendo el lóbulo de su oreja a la par que continuaba creando esa fricción de su miembro contra la zona más sensible de su novia, podría asegurarse que su pantalón estaba ya manchado por los fluidos de la chica que lo deseaba tanto dentro suyo pero que no terminaba de ceder, por ello estaba siendo torturada.

— yo... mmh... —al querer responder sintió como sus movimientos fueron reemplazados por dos ágiles dedos que jugaban con la humedad de sus bragas, tanteaban su clítoris por encima hasta empujar la tela hacía un lado e introducir lentamente sus dedos, el movimiento tan tranquilo de estos era un infierno para la pobre hechicera que si no fuera por el agarre que megumi tenía en su cintura ya habría caído al suelo al ser arremetida por tanto placer, trataba de cerrar sus piernas cuando esos habilidosos dedos sustituyeron el vaivén con un movimiento en tijeras, abriendo, cerrando, tocando cada parte de su interior, esa chica debía contener sus gemidos y tratar de no desmayarse por lo bien que la estaba tratando su novio.

megumi empezó a sentir como las  paredes de su novia comenzaban a cerrarse alrededor sus dedos, ahí fue donde se percató de lo que vendría a continuación por lo que decidió detenerse soltando una risa ronca, retiraba lentamente sus dedos dedicándose a repartir caricias por sus muslos internos, gozando el rostro confundido de esa hermosa chica.

— ¿q-qué haces? ¿por qué te detienes?— murmuraba casi como un berrinche la dulce hechicera a la que se le fue arrebatada su llegada al cielo, miraba incrédula al contrario esperando una respuesta quien no tardó en inclinarse nuevamente contra su oído y repetir las palabras de hace un rato.

—nunca respondiste si me ayudarías con esto.– rozaba su erección de tal manera que golpeara el clítoris sensible de la chica quien soltaba un gemido un tanto fuerte tratando de cerrar sus piernas causando gracia al chico.

— además, ¿tenías el descaro de venirte con solo dos dedos? eres muy mala, princesa. — esas palabras habían logrado que la recién nombrada sintiera aún más mojada su feminidad.
— por favor... deja de torturarme, ¿no puedes follarme de una vez? —la torturada chica lloriqueaba insistentemente a su novio para que le diera la atención que necesitaba, el chico por su parte sintió que ese era el empuje necesario para dejarse de rodeos.

— buena chica, eres mi buena chica, amor mío. — reía roncamente para luego liberar su hinchada y adolorida erección, se colocaba un preservativo sacado de un bolsillo de su pantalón ya que solía traer uno para ese tipo de "emergencias", se colocó la protección en tiempo récord.  jugaba con el trasero de chica, amasando el mismo durante unos segundos hasta que acerco su miembro a la intimidad de la chica y se introdujo con lentitud cerrando sus ojos ante lo apretado que se sentía, jadeaba suavemente esperando a que ella se acostumbrara a su tamaño, no quería lastimarla.

— megumi... muévete... por favor... — gemía con la respiración agitada la hechicera tratando de apretar la pared que tenía frente suyo como una manera de resistir el placer que la inundaba, que solo su novio podía entregarle.

así fue como fushiguro tomó sus caderas y comenzó a penetrarla con fuerza,quizás sus movimientos eran lentos pero muy certeros al dar perfectamente en el punto sensible dentro de la chica quien temblaba, gemía su nombre como si de un dios se tratara, amaba la vista que tenía de su mujer con el cabello despeinado, unas cuantas lágrimas decorando sus ojos, los labios entre abiertos queriendo dejar escapar esos melódicos sonidos testigos de lo bien que la hacía sentir, lograba ver de manera perfecta como su miembro desaparecía dentro tuyo cubierto de tus fluidos, esa posición le otorgaba verdadero arte y sabía que no iba a detenerse por nada.

— se nota que disfrutas esto, princesa, no sabes cómo adoro ser yo quien te tome de esta manera, cómo adoro que seas mía... —musitaba inclinado contra su oído un megumi cegado por la excitación del momento, cegado por el placer que sentía.

— si es así, demuéstrame todo lo que tienes... – la respuesta que recibió logró encenderlo un poco más si es que eso era posible.

comenzó a moverse con brusquedad, arremetía contra tu centro de una manera que podías sentir cada parte de él en tu interior, una de sus manos traviesas bajó hasta tu botón rosado y comenzó a jugar con el, los apretaba o simplemente lo rozaba mientras sus labios besaban tu nuca o si la posición se los permitía llegaba a chocar con tus labios en un beso que derramaba lujuria. sentías que en cualquier momento ibas a desfallecer, no te importaba gemir lo más fuerte posible, solo querías sentirte bien, el lado salvaje de tu novio te volvía loca y sabías cómo aprovecharlo. llegó el momento en que tu intimidad se cerró alrededor de el indicando por parte de ambos el orgasmo.

tu chillabas su nombre perdiendo toda la cordura mientras el te apretaba contra su cuerpo jadeando pesadamente.
así concluyendo ese salvaje encuentro.

bno, aquí el otro, les aseguro que mejoraré escribiendo escenas +18

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bno, aquí el otro, les aseguro que mejoraré escribiendo escenas +18.

la foto de multimedia de megumi siempre me mata, amé esa escena wtf.

   ─ 𝗳𝕦𝘀𝗵𝗶𝗴𝘂𝗿𝕠 𝗺𝗲𝗴𝕦𝗺𝗶. ˒ 𝖾𝗌𝖼𝖾𝗇𝖺𝗋𝗂𝗈𝗌.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora