Capítulo 1

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Halluzinieren

Historia nunca me ha gustado.

Sí, es interesante todo lo que ha sucedido a lo largo de los siglos...Pero no soy muy buena en recordar las fechas. Así que tengo que hacerme unos apuntes especiales solo para ello.

Llevo dos horas en la biblioteca. Hace unos minutos la última persona se ha ido dejándome sola con Laurens, la bibliotecaria.

Es una chica de unos veintidós años y la verdad es que creo que solo trabaja aquí para poder pagarse los estudios.

Pocas veces he hablado con ella, pero siempre ha sido muy amable conmigo.

—Perdona...—Levanto la vista de mis apuntes y miro hacia la persona que me ha hablado. Laurens esta a mi lado con su teléfono en la mano— Sé que no debería pedirte esto, pero... me acaba de surgir un imprevisto muy urgente. He llamado a la otra chica que viene los martes y los jueves pero no contesta—Me limito a observarla sin comentar nada. Se la ve muy preocupada.—¿Puedes quedarte un rato tu sola? Volveré tan rapido como pueda...—Se le corta la voz y unas lágrimas amenazan en salir.

—Eh, tranquila— Me levanto y le pongo una mano en el hombro—No te preocupes, estaré sola. A esta hora no suele venir nadie. Y ya sabes que yo no doy problemas—Le sonrío para tranquilizarla.

Laurens me intenta devolver la sonrisa pero le acaba saliendo una especie de mueca.

—Gracias. Lo siento mucho, de verdad.— Ella no pierde el tiempo y va hacía la puerta—A las nueve intentaré estar de vuelta—Dicho esto sale de la biblioteca dejándome sola con mis apuntes.

—Volvemos a estar los dos solos. —Miro a los dichosos apuntes.

Esto va a ser duro...

Vuelvo a poner mi trasero en la silla y me acomodo lo mejor que puedo para pasar una hora más aquí.

—A ver si mi cerebro coopera y aprobamos el examen del lunes con el sobresaliente que nos merecemos.

Pues deja de hablar sola y ponte a estudiar.

¡A eso voy!

📚📚📚📚

Pasan unos minutos y el reloj marca las ocho de la noche.

He hablado con mamá y le he explicado que el lunes tengo este examen y que necesitaba pasar la tarde del viernes encerrada en la biblioteca. Como siempre, mamá lo entiende. Sabe que necesito sacar buenas notas para entrar a la universidad que quiero, es importante para mí.

Sigo centrada en los apuntes cuando escucho unas voces fuera de la biblioteca. Intento ignorarlas poniéndome los cascos. Pero justo cuando voy a darle al play a una canción, un chico entra en la biblioteca.

Inmediatamente me quito los cascos y me levanto.

Es un chico alto y delgado tiene el pelo moreno. Pero eso no es lo que me hace levantarme e ir hacía él.

¡Oh, dios mío...!

Tiene el pelo enganchado a su frente por la sangre que le brota de la cabeza. Tiene sangre por la nariz y se tambalea al intentar andar.

¡Se va a desmayar!

¡Tranquilízate!

¡¿QUÉ HAGO?!

¡Sabes primeros auxilios, ves y ayúdale!

—¿Estás bien?—Le digo cuando me acerco a él. El chico no parece notar mi presencia. Tiene mucha sangre...

Tengo que hacer algo... ¿Qué me explicaron en clase?

La cabeza hacía bajo en caso de... ¡No eso no!

Vendas en forma de... ¡No! ¡Antes de eso!

¡CONCÉNTRATE!

El profesor James aparece en mi mente:"Antes de nada aseguraros de llamar a..."

—¡LA AMBULANCIA!—Me levanto de su lado para ir hacia la mesa dónde esta mi teléfono. Tengo que hacerlo rápido, de lo contrario le puede pasar algo grave.

Pero antes de que pueda dar un paso más, el chico me agarra del brazo.

—No...No, la ambulancia no—Su voz es ronca, supongo que por la sangre que debe haber tragado. Él mira hacia la puerta con nerviosismo y se levanta del suelo—Mierda...va entrar.

Sin dejarme decir nada, arranca a correr hacia los pasillos sin soltar mi brazo.

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