⠀⠀GO TO HELL AND BACK ━━ ackerman.

character four: the royal castle

——— character four the royal castle  ！
ㅤ 𖥊 ㅤattack on titans: subway city  836 ⏱ㅤㅤ
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          Jeannette Galloway no todos los días tenía el privilegio de escuchar la creación de grandes ideas descabelladas. Lo que era curioso. Casi lleno de ironía. Es que siendo hija del Comandante de la Legión del Reconocimiento el oír planes suicidas debía de parecer ser algo matutino. Usual. Pero a decir verdad no lo era. Jeannette no veía con recurrencia a su padre y su madre no es que llegará a ser una fanática de contarle acerca de los momentos inimaginables en donde su padre había podido fallecer en expedición; no se realizaban seguido, era un costo enorme para el pueblo —que siempre reprochaban— y una asegurada baja a las filas de la brigada. Por ello muchas veces se reconocía a los del escuadrón como suicidas. Locos. Irresponsables e incontables barbaridades más. Pertenecer a la Legión era saber que, muy probablemente, podrías morir en la primera expedición. Por más planes que se pudieran crear para prevenir las bajas siempre habría una gran cantidad. Y era por ello que a Rose y Leo Galloway no les parecía correcto que su hija estuviera al tanto de tantas ideas descolocadas para prevenir tantas muertes.

          Pero Rose no era ciega y mucho que menos sorda. Sabía que en ocasiones su marido le explicaba sus planos a su hija porque la emoción le vencía y ella contenta siempre le veía con adoración.

          El escuchar el cómo su padre quería salvar todas las vidas posibles era extraordinario.

          Para Jeannette era algo grato.      

          Para Jeannette su padre siempre sería un héroe y, a pesar de que sabía que un día llegaría un soldado a la puerta de su casa a contarle que él no volvería más a abrazarla, le fascinaba con deslumbre su desempeño y aprecio por el puesto que tenía que mantener. Él era un pilar y tras el antigüo comandante que había tenido la brigada la responsabilidad que sentía Leonard por mantener las menores bajas posibles era gigantesca.

          Leo Galloway era una persona que se preocupaba con gran magnitud por los demás y por ello era que Rose se había enamorado de él. Y había que admitir que Rose en un inicio no había aceptado con totalidad el trabajo de Leonard. El saber que viviría con el corazón atascado en la garganta no era algo grato, en lo absoluto. Sabía que algunas veces le vería mucho y otros meses simplemente desaparecería enviando incontables cartas donde le hablaría de lo ocupado que estaba. Otros días llegaría a presentar junto a sus capitanes su lamento a los familiares de sus soldados caídos, e incluso otras semanas podría convertirse en una persona metódica y fría por la culpa que podía tener al perder jóvenes enlistados. Era duro, por supuesto, pero sabía que eso era lo que a él le apasionaba. Salvar vidas. Encontrar soluciones. Descubrir e indagar. Explorar y ver más allá de lo que podría ser usual.

          Y si Rose podía saber algo era que por amor tolerar lo intolerable era posible.

          Podía vivir con su marido así.

          No estaba sola, tenía a Jeannette.

          Ambas eran fuertes.

          Y siempre estaban juntas.

          Aunque a decir verdad Jeannette tendía a desaparecer por el día y jamás le contaba dónde se metía —después de todo tenía compañeras y conocidas que le cubrían la espalda. ¿Su escusa para que ellas no perdieran la cabeza por saber que era amiga de dos ladrones de la inmunda Ciudad Subterránea?: Salía con un apuesto rubio de la Policía Militar. Eso bastaba y sobraba para que no quisieran preguntas más, y a decir verdad Jeannette no sabía si no le decían nada porque le tenían pena (ya que pensaba que su falso amor moriría pronto) o simplemente eran respetuosas, lo que era habitual—. Fuera como fuera daba igual.