⁴ 𝐂𝐔𝐑𝐒𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓

vi. i hear you knocking

capítulo seis: te escucho tocar

Desde el momento en que los rayos del sol habían traspasado las cortinas desgastadas del dormitorio; en la que se suponía que debería haber descansado, en realidad la uso para pasar la noche en vela recopilando todo lo que había sucedido en los últimos meses, desde los distintos miembros de las facciones que comenzaron a aparecer sin vida en las calles de la ciudad hasta la noche anterior, cuando un puñado de lunáticos —en los que estaba inmiscuido Will, un viejo compañero de Camille O'Connell— atentaron contra la vida de un grupo de niños; pero simplemente esas acciones no tenían sentido, no había un patrón de ataques, no había un grupo especifico al cual erradicar o atacar. Eran al azar.

Todos parecían el objetivo.

Sin embargo, lo que más llamaba su atención era el hecho de que uno de los niños que había sido atacado era, para su sorpresa, su propia sobrina, Hope; la niña profetizada que resultaba la destrucción de las brujas. Eso no podía ser simple casualidad, y en realidad no lo era, después de la poca información que Vincent les había brindado sobre este ente, presentándolo como el adversario más complejo, no podía haber sido erradicado tan fácilmente, aunque deseara que en realidad fuese tan fácil como chasquear los dedos y que todo volviese a la normalidad, honestamente, ella no creía que fuese así.

El método del Hollow para atraer a sus esbirros tenía una clave puntual: se trataba de los deseos más profundos de una persona; aquellos que requerirían un milagro para que ocurriesen. El Hollow prometía volverlos realidad a cambio de una prestación de servicios a su propia causa. Y para prueba de ello ya se había encontrado con dos de ellos que se hacían llamar los Seguidores, conocidos que habían dado todo por la causa, quienes habían estado tan desesperados por encontrarle una solución aparente a lo que había sido arrebatado de ellos años atrás. Lara y Will eran las claras pruebas de lo que el Hollow prometía era simplemente una cortina de humo, ambos habían perecido y, por ahora, sus deseos estaban lejos de ser cumplidos. Sin embargo, tenía que aplaudirle, atraer a las personas por sus deseos era algo que sin duda conseguía que muchos cayesen en la trampa.

La inquietud pronto se apoderó de ella, seguir en aquella habitación la hacia sentir como un león enjaulado, a pesar del sordo silencio que la rodeaba, los pasos de ella hacían lo suficiente como para que aquel silencio que muchos apreciaron se viese irrumpido; sin pensarlo se halló en la parte de afuera mientras la luz tenue del amanecer tocaba ciertas partes de la estructura deteriorada que los rodeaba, seguido de ello se dirigió al dormitorio en donde Hope y Morgan descansaban para asegurarse que aún lo seguían haciendo y que todos aquellos malos presentimientos se hallaban simplemente en su mente, y en efecto; cuando abrió con la delicadeza que pudo la puerta del dormitorio se encontró con las pequeñas descansando profundamente sobre la cama matrimonial mientras una se aferraba a la otra. Alexandra las había visto dormir así incontables veces, pero en ese momento su corazón se estrujo, cuando recordaba el hecho de que un ser; del cual poseían poca información, las asechaba.