x. all gods of agony feast on tragedy

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capítulo diez: todos los dioses de la agonía festejan en la tragedia.

capítulo diez: todos los dioses de la agonía festejan en la tragedia

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En sus manos yacía el dije que había encontrado esa madrugada en el suelo del dormitorio, se trataba de la media luna bañada en plata que tenía incrustada la piedra onyx; aquella que había decorado el cuello de la joven desde el primer momento en que se conocieron, la misma que había sido la contenedora del poder que se había manifestado descontroladamente durante un tiempo, y ahora esta se hallaba quebrada violentamente por la mitad.

Algunos llamarían a eso un mal presagio.


«Aquel que deambula en tierras salvajes...»


En un primer momento se le vinieron a la mente las suficientes razones para justificar de porque aquella alhaja estaría en aquel estado, sin embargo, ninguna parecía estar lo suficientemente validada como para que Niklaus la creyese.

No obstante, que la pieza que había almacenado el poder explosivo de una bruja estuviese en ese estado de destrucción solo podía definirse con una palabra: fatídico.

Ó por lo menos esa fue la palabra que le adjudico Freya Mikaelson, quien fue testigo del trágico estado en el que ahora se hallaba la pieza.

Sin embargo, todo esto había sucedido horas más tarde del momento en que Maxim Dumont arribó al complejo bajo la consigna de que él estaba ahí en búsqueda de Alexandra, y por lo cual, la coincidencia de que la joven reina se hallase desaparecida al mismo tiempo que él decidía salir de su escondite no fueron más que alertas para Niklaus.

Él no conocía en lo más mínimo a Maxim, pero podía empezar a darse una idea, pues las palabras ofrecidas por Alexandra e incluso la misma Layna arrojaban luz sobre el personaje que era el brujo. La mujeres aseguraban que cuando él hacia acto de aparición eso no propiciaba ningún buen augurio, después de todo, el brujo Dumont era resaltado por dos aspectos: escurridizo y con la información precisa en el momento indicado.

Sin embargo, había una tercera que solo Layna parecía señalar con más hincapié: cuando el mundo parecía caerse a pedazos, él estaba ahí, justamente en el ojo de la tormenta.

Niklaus empezaba a comprobar que Layna no erraba en sus palabras.

Por lo que cuando el brujo se apareció voluntariamente en el complejo, el híbrido no tardó en actuar en su contra, pues Maxim Dumont comenzaba mostrarse delante de Niklaus como un adversario formidable al cual tomar en cuenta, lo cual lo condujo a tomar medidas preventivas y por ello ahora se encontraba encadenado en la prisión bajo el complejo.

⁴ 𝐂𝐔𝐑𝐒𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓Where stories live. Discover now