3. Brotes de flor

2 0 0
                                    

A ratos en la existencia de un extra uno pregunta si hay cosas que uno llegaría a querer disfrutar, como aquel último postre u otras "últimas" voluntades que uno tiene encaminándose al Thanatos. 

Y es que uno sabe que difícilmente existe algo que nos lleve a seguir a una pequeña estrella, más si aquellos faros que uno concibe a forma propiamente inocente es ajenamente tergiversada a enfermiza obsesión de la que en caso mío terminé creyendo y alejándome finalmente de eso.

Es complicado la verdad, si consideramos que una a una las cosas que creo intentar por la vida misma terminan atrás más que por un castigo sino como la fuga de vitalidad que prevalecía en mi mente al grado de que las mentiras que sentía porvenir al abrir los ojos eran los llamados al cansancio pretextos de vida que aferradamente se veían vacíos y cada vez más patéticos.

Un nudo de incoherencias como el vivir ahora sin romance pero siendo soporte a alguien que puede valerse por si mismo con sus talentos, por no dar indirectas innecesarias adicionales, un deslave de lo impráctico con un físico que se desmorona debido a la falta misma de interés por las propias necesidades básicas propias; una cadena a un peso que aunque por un lado suelte y le de menor relevancia, mayor ausencia presenta.

"Yo estoy aquí" he escuchado y leído cada día que mis clúster emocionales aparecen detonando, ¿porqué? Quizás mi forma de correr gente de forma indirecta pero continua permanece como una onda tóxica ante aquellos que ya sea promesa o intento de empatía mencionan el hecho de "no te dejaré sólo" y marcharse por aburrimiento, conflicto o la terquedad de la que subsiste mi sangre.

Por un abril sin tiWhere stories live. Discover now