OMEGA

1.

Las luces neones del recinto lo cegaban, la música retumbando en sus oídos.   Un alto omega de cabellos castaños, bailaba solo en la orilla de la pista de baile. 

"Buena idea, Namjoon. Que Hoseok te llevara a una estúpida fiesta para después encontrarse una bonita omega y dejarte solo en un lugar abarrotado de gente que no conoces. Con un montón de alfas babosos y omegas mirándote como si fueras lo peor de  la vida." 

Pero ahora ya no importaba. Él sólo quería bailar. 

Bailar hasta que su cuerpo no pueda más, hasta que alguien se apiadara de él y lo llevara a casa porque ya no podía sostenerse.  

Había bailado al menos con tres chicas omegas -que parecían ser las únicas que no lo miraban como si pudiera contagiarles alguna enfermedad- y dos muchachos betas. No dejaba que ningún alfa se acercara demasiado, había recibido ofertas extrañas de unos cuantos pero rechazó todas y afortunadamente ninguno había utilizado su voz. 

No necesito un alfa, no en ese momento de su vida. Todo estaba perfecto, tenía dieciocho años y una vida por delante.  No quería un alfa que le dijera que hacer. 

No estaba borracho, en realidad no había bebido mucho, pero las luces y el ambiente lleno de feromonas, comenzaban a marearlo.

Actualmente, bailaba cerca de la barra, donde servían todo tipo de bebidas. No le importaba nada, a eso había ido ¿no? a divertirse. 

Un olor particularmente agradable llenó sus fosas nasales y sintió que alguien lo miraba fijamente. Olisqueó el aire y a pesar de todas las feromonas que llenaban el aire, no le fue difícil encontrarlo. 

Un alfa estaba recargado sobre la barra, con un vaso en la mano. Camiseta gris oscuro y jeans negros ajustados a sus piernas. De piel blanquecina y cabello largo color negro. Con varios tatuajes recorriendo sus brazos. No podía tener más de 22 años. 

Él era el sueño de cualquier omega. De cualquier persona, en realidad.  Cualquier persona en su sano juicio, caería rendido a sus pies.  

A su lado, un alfa castaño y un omega rubio, hablaban animadamente. El alfa intentaba hablarle, pero el pelinegro lo ignoraba. Tenía su vista fija en el cuerpo del chico que bailaba a unos metros de él. 

Namjoon notó al alfa castaño rendirse y mirar al omega a su lado. El rubio analizó el perímetro hasta que sus ojos lo encontraron. El chico le sonrió, haciendo a su alfa tensarse hasta que miró a namjoon y su cuerpo entero se relajó.  Ambos miraron al alfa pelinegro -que no había dejado de mirar a Namjoon- y se alejaron sin decir nada. 

El alfa de pelinegro se quedó en el mismo lugar, mirándolo. Por momentos, le daba un trago a la bebida que sostenía en la mano.

El sí. 

A él si lo dejaría acercarse. Todo lo que quiera. 

Se movió un poco hasta quedar justo frente a él y comenzó a moverse, sosteniéndole la mirada.