• Capítulo XX •

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Ya habíamos llegado a casa después de un día bien pesado de trabajo.

Le había pedido a Joaquina que se quedara conmigo ya que no quería estar sola en esta casa.

Estábamos en la sala de estar mientras comíamos helado y veíamos una película, era algo interesante.

—Oye Russ. — Joaquina llamo de mi atención a lo que la mire.

—¿Si?

—¿No has hablado con Caleb? —  Negué lentamente. — ¿Y que haz pensado en hacer cuanto a su relación?

-La verdad no he podido pensar en eso.

-Y que vos no pensás en hacer algo concreto... Boluda a este paso no vas a llegar a ningún lado.

-Es que no se que hacer cuanto todo a esto - levanté la comisura de mis labios en forma de mueca- ni se que es lo que siento realmente hacia Caleb, no te voy a negar que me hace falta mucho, lo extraño, extraño aunque sea verlo para dormir... no se Joaquina, no se hacer

-Estas confundida por no saber que tipo de sentimientos tienes hacia él, sino me equivoco eso es lo que esta pasando con vos.

-Yo... yo no se - eleve los hombros.

-¡Ay Russ! - me miro algo triste y me abrazo - espero que puedas resolver este problema lo antes posible.

-Creó que tienes razón... Estoy confundida, creó que mis sentimientos hacia Caleb han cambiado... - no termine de hablar ya que mi celular empezó a sonar, lo mire y era un número desconocido -¿quien será?

-¿Y yo que voy a saber? - rodo los ojos.

- Pendeja.

-¿Hola? - respondí.

-Hola Russ, soy yo Kevin.

-Ah ok, ¿para que me llamas?

-Necesito hablar contigo ¿será que podrás? - ¿él hablar conmigo?

-Este sí claro ¿Cuándo nos vemos?

-¿Qué te parece mañana en una cena?, so, para hacer algo más relajado por así decirlo .

-A pues perfecto - sonreí un poco - mandas location y allí estaré.

-Está bien nena, buenas noches.

-Igualmente para ti Kevin, linda noche - finalice la llamada.

—¿Y? - Mire a Joaquina con el ceño fruncido.

-¿Y que?

-¡Ay por Dios carrusel! ¿Quién era?

—No me llames así pendeja - Le di codazo - era, era Kevin.

—Vaya - se puso seria - ¿Qué quería?

—Hablar conmigo.

—¿De qué?

—No lo se, no lo se, solo me dijo que mañana cenariamos y después platucariamos de eso.

—Ok. — Sonrió un poco.

—¿Tu eres media bipolar o que? — La mire burlona.

—Algo - rió - che, ¿Qué hacemos? Estoy aburrida y no tengo sueño.

—No se, tengo flojera de todo.

—Entonces hablemos de Raúl mejor conocido como Rauw Alejandro. — Me miro con una sonrisa de medio lado.

—¿Y que tenemos que hablar de él?

— Que boluda. — Me dio por la cabeza. — Tú sabes de... — Sonó el timbre de la casa — Esta conversación no se queda aquí he - me señaló dedo índice amenazante y solo vire los ojos.

—Sí lo que digas.

—Cheee ¿Cómo estas? — Esa era Cazzu. —  Traje pizza.

—Por eso la amo. — Dije para mi misma.

—Y yo a ti. — Ok me escucho.

Me levante del sofá y fui hasta la puerta donde se encontraban.

— ¿Y que piensan quedarse allí toda la noche? - les dije y nos dirigimos a la cocina.

—¿Y eso que estas por acá a estas horas? — Le pregunte.

-Estaba aburrida en casa sin saber que hacer, sola en el olvido, sin un perro que me ladre - ya estaba empezando a dramatizar - y tengo una hermana que sabe en donde me hospedó y no va a visitarme.

—Ya no hagas drama Julieta - saque la goseosa de la nevera y la coloque en la encimera.

—No es drama son realidades. — Comió un trozo de su pizza.

—Si tú lo dices. — Hice un mohín.

Estuvimos hablando de muchas cosas algunas con sentido y otras no tanto, ya se hacía costumbre en nosotras hablar cualquiera tontería, y aquí era cuando entraba en la realidad al ver que había extrañado mucho este tipo de cosas con ellas.

Estábamos en la sala de estar, yo abrazaba un peluche mientras las chicas de tapaban con una cobija.

Por un momento nos quedamos en silencio por lo que fue algo incómodo, Joaquina era como si estuviera esperando este momento para salir a relucir el tema de Alejandro nuevamente.

—Cállate, ese chico solo es el padre de una de mis alumnas. — Dije con fastidio.

—Ese chico será el futuro padre de tus hijos. — Dijo Cazzu sonriente.

—Pero que cosas las de ustedes.

—Mira amor mío, a ti se te nota a mil kilómetros que se te cae la baba por el cada vez de lo miras. — Hablo Joaquina.

—Y a Rauw, se le nota lo mismo. —  Dijo Cazzu y rió.

— Vean háganse sus películitas de amor ustedes solas, a mi Alejandro no me gusta...

— Uff Alejandro, ni siquiera Raúl... Alejandro. —  Se burló Joaquina.

— ¡Ea ave María! — Me queje.

— Pero es que mira Cazzu hasta de cariñito Le tiene nombre a Alejandro.

—Bye ( Adiós). — Me levante del sofá y camine hacia las escaleras.

—No te molestes Alejandrita. —  soltó una fuerte carcajada junto a Cazzu. — Pero no lo puedes negar a ti de gusta ese pibe.

— Eso nos comprueba que si gusta Ra-Rauw.

Solo reí en mis interiores y subí a mi habitación.

Para que negarlo si en verdad me esta empezando a gustar este chico...

Que cosas digo Dios.

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Desde Que Te Conocí [RE- PUBLICANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora