• Capítulo XXIII •

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Días más tarde...

Desde el día de la cena, Alejandro y yo hemos guardado una buena y linda amistad, cada día que pasa nos conocemos cada vez mejor y me agrada mucho compartir una relación de amistad tanto con el como con sus amigos y familiares.

Se podría decir que después de esa cena fui al apartamento de Caleb, ya que me había insistido con el tema de que me quería ver y pues yo también me encontraba en las mismas condiciones, pero no terminamos muy bien ya que por "accidente" me beso algo que no me gusto.

Alejandro, me había invitado a pasar la fiesta de fin de año amigos y Familia ya que sabía que no tenía con quién pasarla aparte de Joaquina, ella la pasaría con su familia en Argentina. Yo le acepte la invitación, pues no quería sentirme tan sola, esa es la peor sensación y más para estas fechas.

Ya me había duchado y arreglado el cabello, solo me faltaba escoger un lindo atuendo para esta linda noche. Fui a mi vestidor y después de unos minutos me decidí por un vestido tipo bluejean con algunos detalles con encaje blanco, era corto pero lo tanto, lo luciría con unos tacones negros de punta gruesa brillantes.

Ya me había vestido completamente pero para completar mi outfit solo me faltaba el maquillaje. Después de todo me hice un maquillaje sencillo con colores claros pero resaltantes y en mis labios y color rojo mate. Me mire al espejo y me sentía muy bien con lo que tenía colocado y satisfecha por como me veía, me coloqué un poco de perfume dulce tomé mi cartera de mano en la cual metí mi celular y lista.

Baje las escaleras y al ir a buscar las llaves de mi auto tocaron el timbre por lo que me regresé abrir. Al mirar quién era sonreí.

—Toda una princesa, señora Dany. —  Dijo mirándome de pies a cabeza con una sonrisa de medio lado.

—Gracias. — Sonreí. — Usted también estás muy guapo, señor Alejandro.

—Por cómo ya puedo ver estas lista, entonces ¿nos podemos ir?

—Así que usted vino fue por mi .

—Claro nena, vine fue por ti, por nada del mundo te dejaría conducir con borrachos por la calle

—Oh, pero que caballero. — Sonreí. — Pues vamos, yo ya estoy cien por ciento lista.

—Eso me gusta. —Estiró su brazo poniéndolo a la altura de su cintura, todo caballero, yo cerré la puerta y tomé de su brazo.

—La última noche de este año está muy linda, sobre todo la luna.

—Pero ninguna de podrá comparar contigo, porqué como tu ninguna . Así que ni la noche ni la luna están más lindas que tú.

Esta vez si creo que me sonroje.

—Muchas gracias. — Sonreí mirando a un lado.

Él abrió la puerta de su Lamborghini y dio pase para que entrará, luego el rodeo el auto y se monto también

En el camino fue algo silencio pero luego rompió el hielo por completo.

—La que me dio la idea de que te viniera a buscar fue Rusley, también porqué quería venir pero a final de cuentas Paola no la dejo.

—Ella y sus ocurrencias siempre... mínimo cuando llegue me dice "mi tía Paola es mala nunca me deja hacer nada". — Dijimos unísono y reímos.

—Siempre dice lo mismo

—Y todo es Paola, siempre en Paola... esa Paola si es mala con mi niña.

—Paola tiene mucho carácter con ella, pero puedo decir que mi hija es como es, gracias a mi hermana y a mi madre.

—Y lo lindo de todo es que la han criado muy bien, y con lindos sentimientos, en pocas palabras han hecho un buen trabajo.

—De eso no tengo duda alguna.

Seguimos hablando de otras cosas sin sentido, pero la pasábamos bien, por suerte la mamá de Raúl no vive tan legos de mi casa sola a unos veinte minutos en auto, caminado deben de ser unos treinta.

Llegamos a la casa y era muy linda, grande y con muy linda vista al entrar.

Entramos a la casa y allí se encontraban todos, entre risas y el ambiente estaba muy alegre.

—Pero miren quién llegó la personita que no necesita presentación. - Dijo Huesos al verme entrar.

—Ya llegó la personita por la cual estábamos esperando. — Dijo Paola sonriente y se acerco a mi. — ¿Cómo estás?

—Bien gracias a Dios, — Deje un beso en su mejilla — ¿y tú como estás?

—Excelente gracias a Dios. — Sonrió.

Salude a los otros chicos de igual manera.

—Russ. — Sentí como me abrazaron por detrás y obviamente por esa vocecita supe que era Rusley.

—Hola, mi amor. — Me di vuelta y me hinque para quedar a su altura — ¿Cómo estás tú?

—Bien, ¿y tú?

—Viéndote lo hermosa que estás hoy. — Hice que diera una vuelta.

—Gracias, y tú también te ves muy hermosa. Nunca te había visto con vestido.

—Y yo tampoco a ti, estas como toda un princesa.

—Russ corazón, llegaste, estábamos esperando por ti — La madre de Raúl me saludo con un beso en la mejilla.

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Desde Que Te Conocí [RE- PUBLICANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora