• Capítulo VI •

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Quise salir a caminar antes de que Caleb, se fuera, pues no se si me gustaría verlo salir con una maleta en mano y saber que no volverá en un par de días sino que no sabemos realmente si vulva a casa.

Era consciente de que quizás este era el final de nuestra relación… ¿o tal vez no? , quien sabrá lo que sucederá realmente, no se quizás el conozca a otra mujer y se enamoré o sea yo quien me vulva a enamorar de un hombre y lo que ya, hace cuatro años empezó termine realmente en me dio de un “tiempo”, en ese tiempo pueden pasar tantas cosas, el puede estar con las miles de mujeres que quiera, pasarla bien cuando quiera sin tener ningún compromiso con nadie simplemente pasarla bien y ser feliz… solo a él lo pongo en ese lugar, pues, porque se que yo no soy mujer de esas, porque si yo a él le dije que nos, daríamos un tiempo para yo poder pesar realmente que es lo que estoy sintiendo, que es lo que quiero para nuestra relación si seguir o no, pues eso será lo que haga.

¿Qué si me dolía?, pues si, si me dolía bastante y se que no sería fácil darnos este tiempo, pues todos sabemos en lo que que acaba realmente pero esperemos y así no sea y esta historia tenga final feliz si así se le puede decir después de todo lo que había pasado.

Son cuatro años a su lado, cuatro años que ni han sido fáciles de llevar, primero por su trabajo, se la pasa más en un hotel fuera de Miami, que en casa, no se con quien se relaciona, que es lo que hace cuando tiene tiempo libre, con que cantidad de cueros y mujeres se las pasará, que tipo de lugares visitará, no es vida estar al pendiente de él, del que  ¿estará haciendo?, o ¿estará bien?, ¿con quien estará?, ¿abra comido?, segundo sus infidelidades las cuales a han sido muchas pero yo de toda pendeja enamorada ahí estoy perdonandoselas y él esta allí haciéndomelas cada vez que se le viene en gana y sin pudor, en mi cara sin vergüenza.

Nunca pensé que me encabronaria con un hombre de esta manera como lo hice con él.

El viento que soplaba chocaba contra mi rostro llevándose con ella mis lágrimas y desordenado mi cabello por completo.

Estaba anocheciendo y el camino se veía lindo, con pasos lentos y sueves caminaba hacia el parque que cerca quedaba, quedaría despegar mi mente distraerme un poco y quizás olvidar por unos minutos todo lo que pasó, eso me haría sentir bien sin mentir.

Tome aire y respire hondo, con mis dedos índice quite las lágrimas que en mis pupilas posaban con suavidad para no lastimarme al hacerlo.

Niños corriendo, parajas abrazadas, abuelos caminando, mujeres con coches, padres jugando fútbol con sus hijos, grupo de amigos, era todo lo que en aquel parque se encontraba.

Recuerdo venir a este parque todas las noches con mis dos hermanos a jugar fútbol.

Solo tenía doce cuando nos mudamos a Miami por el trabajo de mi padre, no fue fácil dejar todo en Puerto rico, amigos, la escuela, mi equipo de fútbol, pero lo bueno fue que el destino me lo recompuso, mis amigas se vinieron a Miami, Joaquina también, conocí a nuevas personas, pero también cambiaron cosas, mi hermano Edgars, empezó a meterse en pandillas, se la pasaba de ganga en ganga, problemas para familia, matan a mi hermano en un enfrentamiento, mis padres se separan, mi padre se va para Argentina mi madre a Puerto rico con mi hermano mayor y yo me quedo sola acá en Miami con un único soporte, Joaquina. Muchas cosas cambiaron desde que mi hermano menor murió y no ha sido fácil para mi superar su muerte pues eramos el y yo para todo y todavía tenía una larga vida por delante solo tenia veintitrés años pero ya contra eso no se puede hacer nada todos tenemos destino cierto, todos tenemos escrito en un libro lo que pasará aunque si lo hubieramos podido evitar quizás el estuviera acá con nosotros y tal vez mis padres estuvieran juntos, pues cuando mi hermano murió ambos se echaron la culpa de su muerte y a través de allí empezaron las fuertes peleas hasta llegar a la separación.

Desde Que Te Conocí [RE- PUBLICANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora