MagicTale

El pasado de Frisk. [Capítulo 8](Parte 2)

—Oye.¿Estas b- —Undyne iba a poner su mano en mi hombro pero quité su mano rápidamente.

—¡NO ME TOQUES! —Dije asustada hasta que volví en mi al sentir una raíz en mi pierna.

—¿Frisk? —Dijo Flowey.

Mire a mi alrededor y agache mi cabeza.
—Lo siento... —Dije apenada ante las miradas de ambos.

Undyne suspiro y me miro.
—La he pifiado mucho. ¿Verdad? No puedo abligarlos a caerles bien. Hay gente que no se lleva bien punto. Y hasta por un momento te asustaste de mi humana. —

—No! No me asuste de ti! Solo... Recordé... Algo desagradable... —Dije nerviosa.

—Bueno, nos lo hemos pasado bien ¿no? Podemos volver a reunirnos solo que... En otra parte, por lo mientras estare con Papyrus, así que si me necesitan pasense por Snowdin ¿Vale?! ¡OH! Y si necesitas ayuda dale un toque a Papyrus. Estaremos en el mismo sitio, así que yo también podré hablar. ¡¡Bueno hasta luego piltrafas!! —Dijo revolviendo mi cabello antes de irse y dejarnos solos.

Yo solo camine y aproveche para guardar en el punto de guardado.
—Frisk. —Me habló Flowey.

—¿Que pasa? —

—¿Que te paso allá atrás? —Yo solo trague saliva y me cruce de brazos.

—Nada, solo recordé algo, el fuego en su casa y en la oscuridad me hicieron recordar un momento de mi vida pasada. —

—Oye, yo te conte mi historia, creo que es momento de que me cuentes la tuya. —

—Yo... Esta bien. —Me senté en el césped y tome mis piernas.

—Te contaré un poco sobre mi, mis recuerdos y... Mi muerte... —

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Mis primeros recuerdos son de yo en el orfanato, no recuerda nada de mi estadía con mis padres, ya que me abandonaron desde que era una bebé.
Era una más en aquel orfanato hasta que mi alma se reveló, normalmente a los 5 años te sale un alma, hay diferentes colores, azul, amarillo, verde, etc.
La más extraña era la determinación, hasta que mi alma se mostró.

No tenía un color, era de un blanco brillante.
No sabían que significa, pero conforme crecí algunos decían que significa Pureza.
La dueña del orfanato empezó a estafar a gente rica que se había interesado en mi y querían adoptarme.
Y para mantenerme en buen estado tenía más atención de ella.

Los demás niños se enojaron por eso y dejaron de hablarme, algunos me golpeaban o quitaban las cosas, pero no dije nunca nada, de alguna forma entendía su enfado.
Los adultos del pueblo me conocian por mi alma y porque me ofrecía a hacer mandados o pequeños trabajos.
Cuando tenía 10 años conocí a Chara...

—Oh, ¿Estas bien? —Dije ofreciéndole mi mano a la chica, pero esta solo se cubrió con sus brazos.

—¡N-No me golpes! —Dijo asustada.

—¿Porque te golpearia? —

—Todos en el pueblo dicen que soy una bruja. —

—Ummh ¿Como te llamas? —

—Soy Chara... —

—Oh Chara... Ya veo. —

—¿Porque no me golpeaste ni me dijiste bruja? —Dijo confundida.