Capítulo 4

83 8 12
                                    

Estuve deseando toda la semana encontrar una forma para acercarme a él y ahora estoy sentada a su lado. Y hasta su nombre me dijo, incluso un extra en todo esto es saber que odia que lo molesten y le gusta el silencio, totalmente contrario a mí.

Lo de estar sentada a su lado cambio cuando él se puso de pie y extendió su mano. La tomé algo temblorosa y me ayudó a ponerme me de pie.

—Me debo ir.

—¿Por qué?

—No tengo deseos de seguir hablando—dijo y yo me sentí un poco desilusionada.

—¿Prefieres entonces bajar y estar rodeado de molestas personas?

—Regresa a dentro y ten cuidado con tus torpes pies—ignoró lo que había dicho.

—No soy torpe— caminé un poco hacia atrás y volví a sentir que caía.

—¿Decías?— su mano volvió a sostenerme y no lucía nada contento.

Me sentia avergonzada y diminuta bajo su mirada que cambio de tranquila a intimidante en cuestión de milisegundos. Apoyó su lengua en su mejilla interna y niega buscando paciencia, vuelve a jalarme hacia adelante.

—Habladora, preguntona y torpe— dice— Todo lo que necesito saber para mantenerme alejando de ti. Y no preguntes que quiero decir con eso porque lo sabes bien.

Dónde estaba sentando hace un momento se encuentra una ventana. La sube y espera a que yo entre por la otra. Movió su mano señalándola.

Esta vez sí regrese adentro, no sin antes mirarlo una última vez. Lo que dijo comenzó a dar vueltas en mi mente.

Dentro de la habitación cierro la ventana y regreso la cortina a su lugar.

—¿Qué hacías en el techo?

Salto asustada en mi sitio.

—Lane— llevo mi mano a mi corazón con disimulo.

—¿No te topaste con…?— pregunta y calla luego restándole importancia— Olvídalo.

—¿Qué ocurrió con el jarrón que rompieron?— nerviosa evadí su mirada.

Echo su cabeza hacia atrás y de su garganta salió un grito de frustración. Abrí mis ojos y ladee mi cabeza a un lado sin entender bien que ocurrió para que reaccionara así.

—Fue peor de lo que creía, estoy apunto de tener un colapso nervioso— vuelve a chillar—Debería divertirme por mis 18 y es lo menos que estoy haciendo— lloriquea caminando hasta mi, coloca su frente a mi hombro— ¿Y sabes lo que acaba de pasar? Algún estúpido se robó la licuadora de la madre de Caideen.

Abro los ojos y con todas mis fuerzas evito reír por eso.

—Ríete— me dice sin verme—Se que quieres hacerlo. Es gracioso— ella misma comienza a carcajear y juntas reímos hasta que nos duele  el estómago.

—Lo siento mucho, Lane— digo tocando mi abdomen por toda la risa.

—Deja de disculparte mujer. Debimos suponer que esto sucedería— hace lo mismo— Por más que me gustaría que la fiesta siguiera, deseo mucho más que todos se larguen de aquí.

Inefable. 1# (Saga Amores Cliché) Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora