Capítulo 7.

63 7 4
                                    

Mueve sus pies hacia adelante y hacia atrás como una niña pequeña— No eres tan malo— habla llamando mi atención.

La miro de reojo.

Es más infantil de lo que pensé.

—Gruñón y sarcástico si, mandón también— enumeró.

—Ojos aquí— golpeo la hoja con mi índice comenzando a perder la paciencia de nuevo— No puedes distraerte por cada cosa que veas, hazlo después de que terminemos.

—Lo siento— murmuró.

Después de resoplar como unas 15 veces por su falta de concentración, avanzamos solo un poco, ni la cuarta parte.

Algo es algo, y nada es nada.

Georgina entiende rápido y captaba igual de rápido, su problema era que se distraía con todo, hasta lo más tonto, y eso no nos estaba ayudando en nada.

—Allen— la llamé por su apellido buscando ser meramente profesional en esto. Decir su nombre sonaría muy personal, y quiero evitar eso a toda costa.

Levantó su rostro para prestarme atención.

—¿Si? Espera... No me llames Allen, siento como si estuvieses molesto.

¿Y la mentira?

—Bien, Georgina debes...— Y pronuncie su nombre, contradiciendome de lo que dije hace apenas un segundo.

—¿Sabes que?

¡¿Por qué me sigue interrumpiendo?!

—Sígueme llamando Allen. Que me llames Georgina es aún peor.

Ladee mi cabeza de lado y eleve una ceja, las comisura de mis labios se elevaron a un lado con una pequeña y maliciosa sonrisa.

No le gusta que la llamen por su nombre.

—No me importa, Georgina— pronuncié lentamente su nombre. fingiendo restarle importancia.

Parpadeó guardando silencio.

—Lo estás haciendo a propósito— me acusó, apuntándome con su lápiz. Note como movió su cabeza, negando sin poder creer al parecer que la hubiese llamado por su nombre— ¡No lo hagas!

—No me hagas molestar, y dejaré de llamarte por tu nombre.

Se mantuvo en silencio sin poder creerlo aún— ¿Es una amenaza?— entreabrió sus labios.

—No tengo necesidad de hacer amenazadas. Las personas cumplen con mis peticiones sin tanto problema.

Bufó por lo bajo— Si, claro. Eso sonó como una amenaza y a mi no me gustan las amenazas. Así que...— acerco su rostro con seriedad.

No sabía si pretendía mostrarse intimidante.

Baje mi rostro hacia el suyo y la mire sin decir nada, si no hasta un minuto después de una guerra de miradas en donde odio admitir que me perdí en el verde de sus ojos, cubierto por largas pestañas.

Inefable. 1# (Saga Amores Cliché) Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora