1: los jugadores (1/2)

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—Pipa, ¿vas a ir a la fiesta de River? —le pregunto Pavón a Benedetto cuando terminó el entrenamiento.

—No sé, Kichan —dijo Darío.

—Dale, Darío —casi rogó Pavón—. Porfi —le hizo un puchero: sabía que su amigo no se podía negar cuando hacía eso.

—Pero... ¡Agggh! ¡Está bien, está bien, pero dejá de hacer eso! —dijo Benedetto, rendido.

Mientras Kichan festejaba, ambos escucharon un chiflido y voltearon: Gustavo. Cuando éste vio que ellos lo miraban, se fue con su hermano y le susurró algo.

—Bueno, le voy a preguntar, pero dudo que me deje —le respondió Guille, en susurros.

—Dale, Guille, hacelo por Darío, por favor—dijo Gustavo—. Además, sé que si no te deja lo vas a poder convencer—añadió en voz baja, pero Rossi, que estaba al lado de ellos, los escuchó.

—¿Qué le vas a preguntar a quién? —no pudo contenerse de preguntar la chusma.

—Nada a nadie —dijo terminantemente Guillermo, yéndose de ahí. Gustavo se tentó.

Los jugadores miraron raro a Gustavo, que se terminó yendo también, susurrando divertido:

—Lo va a convencer, como si alguna vez le costara eso.

Nadie entendió un carajo.

Cali Izquierdoz y Esteban Andrada estaban algo alejados del grupo, charlando.

—Che, Cali, ¿a qué crees que se refiere Gustavo? —le preguntó Esteban a su amigo.

—No s... ¡Mirá! —dijo Carlos, señalando disimuladamente a Guillermo, que estaba hablando por teléfono.

Ambos se acercaron un poco, con disimulo, y lograron escuchar lo que decía su DT:

—¿Me dejás, entonces?... Dale, porfa... No, nada que ver... ¡Ya te dije que no soy yo el que te lo pide, Marce! ¡Es Gustavo!... Perdón, perdón, solo me alteré —rió luego de unos minutos de silencio—... Sí, Muñe... Dale, porfa —repitió—... ¡Ja!... ¡Mentira! —negó Guillermo, sonrojado. Los amigos no sabían con quién hablaba, pero por lo que dijo, supusieron que hablaba con uno de los de River que había organizado la fiesta—... Ok... Obvio, Muñeco... Ta', chau —cortó, con una sonrisa boba en la cara.

Cali y Esteban se miraron, y se fueron medio rápido.

—¡Che, Darío! —lo llamó Guille. Benedetto fue dónde el mayor, y éste le dijo:—. Hablé con uno de los que organiza la fiesta, y me dijo que sí alguno de ustedes quería, podía invitar a algún jugador de otro club.

—Ah —dijo Darío, mirándolo raro—. ¿Y?

—Que invites a....no sé, ¿Ricky? —se burló Gustavo, apareciendo de la nada.

Darío lo miró sorprendido y sonrojado.

—¿Como sabés que voy a ir? —fue lo único que se le ocurrió preguntar.

—Escuché... Peren' un toque —se interrumpió Gustavo: su celular sonaba. Se le dibujó una sonrisa boba en la cara.

—Ja. Román y Pablo van a tener que pagarnos —susurró Guille.

Darío no entendió nada, pero se alejó de los raros. Llamó a Ricardo Centurión, para preguntarle si quería ir con él a una fiesta. Ricky aceptó enseguida.

El resto del plantel miraba extrañado a los mellizos...

💙💛💙 / ❤️⚪

El sábado llegó rápido, y los de Boca fueron al lugar donde se iba a hacer la fiesta. Los mellizos habían llegado un poco antes.

La fiestaWhere stories live. Discover now