7: Guillermo y Marcelo (parte 2)

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—Maxi, Nahu —les dijo Guillermo, una vez que estuvieron los 5 adentro—, ¿enserio? Nahuel: ¿posta le dijiste a Máximo que podía venir o sólo era para salvarlo del reto? —le preguntó a su sobrino.

—...Un poco de las dos, tío Guille —susurró Nahuel, con la cabeza gacha.

Máximo estaba callado. No miraba ni a su padre ni a sus tíos, pero sí miraba de vez en cuando y de reojo a Nahuel, preparado para saltar a defender a su amigo si era necesario. Si los iban a retar, Nahuel no se tenía que comer el reto, era él: él fue a la fiesta sin autorización de su viejo, sólo por Nahuel; él desobedeció, no su amigo. Nahu no merecía el reto, se lo merecía él.

No se pudo contener, y dijo:

—Pa, tíos, si van a retar a alguien, retenme a mí. Nahu no tiene la culpa de nada, fui yo el que desobedecí, no él.

Nahuel lo miró sorprendido, pero con una sonrisita agradecida y preocupada. Sus tíos y su padre lo miraron extrañados.

Eso era amistad.

«Si no tengo amigos así, no quiero ninguno» pensó Gustavo. Inconscientemente recordó a su "amigo", Javier Saviola.

—Vayanse un rato, niños —les dijo Guille—, que Marce y yo vamos a decidir si te podés quedar o no, Max.

Los dos amigos se levantaron y se fueron casi corriendo, pero los mayores alcanzaron a escuchar que Nahuel le gritaba a Guille:

—¡Niño tu abuelo, pelotudo!

Marce y Gustavo se tentaron.

—¿Y? —dijo Guille, cuando los dos se calmaron—. ¿Maxi se queda o no?

—Guille, eso lo tenés que decidir vos, vos sos el padre —dijo Marcelo.

«Y me gustaría que vos también lo fueras» pensó Guille, amargamente. Estaba enamorado de Marcelo, pero no se animaba a decírselo. Había soñado miles de veces con una familia con Marce...

—¡Guillermo!

—¿Eh? ¿Qué? —dijo Guille, extrañado.

—¿Estás vivo, hermanito? Te llamábamos y no respondías —se burló Gusti—. No me digas en que estabas pensando, porque ya lo sé —se rió y señaló con la cabeza a Marce. Éste y su hermano le pegaron.

—Shhh —le sisearon.

Gustavo rió levemente.

—Bueno Guille: ¿vas a decidir si mi sobrino se queda o no? —le dijo a su hermano.

Guillermo rodó los ojos y se alejó de su hermano, con Marcelo.

—¿Qué decís, Mar? ¿Maxi se queda o no? —le preguntó.

—Gui, vos sos su padre, no yo.

—Sos el padrino —dijo casi enseguida Guillermo.

—Pero el padre de Máximo sos vos, Guille —siguió protestando Gallardo.

Guillermo suspiró y lo miró. Se le acercó y le susurró:

—Marcelito, no querés decir lo que harías vos. Te conozco. Dale, decí; ¿qué tiene? Sos mi amigo, y por algo te elegí padrino de Máximo.

—Para mí se debería quedar y que después lo castigues vos. Es que...¿viste la cara de Nahuel cuando estaban juntos? ¿Viste cómo se defendieron? Eso es amistad —dijo Marce.

—Mal, y cómo defendió Maxi a Nahu: sabía que lo podíamos retar, sabía que lo más probable era que los retaramos a los dos, pero decidió defenderlo igual. Dijo que Nahuel no merecía el reto...

—Che, justo me acordé: ¿Gustavo y Javi?

—Je, sí. Javier lo llamó y...¡Deberías haber visto la cara de Gusti! ¡Re pelotudo parecía! Más de lo normal.

Marcelo rió con lo último.

Unos minutos después, ambos volvieron con Gustavo.

—¿Y? ¿El chico se queda o no? —les preguntó.

—Sí —dijeron Gallardo y Barros Schelotto.

—Voy a decirles —dijo Gustavo, y luego dijo algo que los otros dos no entendieron, pero les pareció escuchar "parejita".

Marcelo se acercó a Guille y apoyó su cabeza en su hombro. Guille le acarició el pelo, perdido en sus pensamientos. Lo abrazó rápidamente.

La fiestaWhere stories live. Discover now