Hace 3 meses que estoy en Washington, mi vientre no deja de crecer. Tengo que comprar ropa nueva todos los meses porque deja de quedarme.
Estoy por entrar al sexto mes pero todavía no dieron señales de movimiento. La obstetra me dijo que no me preocupe, que se están tomando su tiempo.
Y la mejor noticia es que ya se el sexo de mis bebes. Estoy demasiado contenta.
Alex y Sara ya están viviendo en Seattle, viven en el piso de abajo al mío. Insistí en dejarles el pent-house a ellos pero no quisieron.
Mis amigas ya vinieron 2 veces a visitarme y en cuanto me vieron solo se concentraron en mi vientre. No dejaban de tocarlo y hablarle con voz ridícula.
Stefan vino también, una vez, con Alex. Se quedó un fin de semana y me cumplió todos mis antojos.
Hasta el momento Christopher no sabe nada y eso me tiene aliviada.
Aunque lo más importante es que ¡EL CORONEL FOX ME INVITÓ A CENAR!
Hoy me recojera a las 8 pm para ir a un restaurante lujoso. Desde que llegué no hemos parado de coquetear y debo confesar que hubo algunos besos fogosos. Pero no pasó de eso.
No estoy pensando en sexo aunque me muera de ganas. Capaz podamos hacer algo pero no quiero dañar a los mellizos.
A él no le interesa que este embarazada y eso hace que me guste más.
Me pongo el vestido que compre ayer en apuros por no tener nada elegante. No es muy formal pero era lo que me entraba ahora que mi estómago parece una pelota.
El portero suena y me apresuro a atender mientras me calzo con unos tacones bajos.
-El señor Oliver Fox la está buscando, señorita James - me informa el portero.
-Dile que bajo en un momento, por favor.
Agarro mi bolso y un abrigo. Me subo al ascensor, en el espejo me acomodo el pelo y pinto mis labios con un tono rosa.
Cuando llego al vestíbulo, Oliver esta de espaldas a mí.
- Hola - digo haciendo que se de vuelta.
-Rachel - me repasa de pies a cabeza - hermosa como siempre.
Me ofrece su mano que recibo gustosa, nos acerca a su auto y me abre la puerta del copiloto.
Le sonrío y antes de entrar me sujeta de la mano para darme un corto beso en los labios.
-No pude resistirme - me dice sonriéndome.
Soy más sonrojo que cara así que me apresuro a subirme al auto.
Cuando comienza a manejar me permito repasarlo.
Tiene un traje negro que le queda de maravilla, además de los 2 botones abiertos de la camisa blanca que deja ver parte de su pecho tatuado.
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