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Pasaron un par de días, la misión con Nat había terminado y por fin era mi cumpleaños.

— ¿te vas a festejar aquí?

— sí, es lo más probable pero pasado mañana habrá fiesta en casa de papá, así que... te espero ahí.

— bien, feliz cumpleaños, linda, pásala bien. — dijo besando mi frente.

— muchas gracias, adiós.

— adiós. — entré a mi habitación y dentro estaba Lucy haciendo la tarea.

— pareces el cadáver de la novia.

— ¿debo reírme?

— no, sólo dormir y luego te levantas a hacer los apuntes, mira tu escritorio. — lo miré, había un cupcake con una vela prendida y me miró sonriendo. — feliz cumpleaños, rubia. — me levanté y la abracé.

— aww... lo recordaste, muchas gracias.

— sóplale ya, no creo que quieras cera en tu cupcake. — me acerqué, cerré los ojos para pedir un deseo y luego le soplé. — ya eres legal.

— ¿eso qué quiere decir?

— puedes hacer muchas cosas, menos beber.

— entonces no soy legal. — sonrió y siguió escribiendo en su libreta.

Mi celular vibró, era Nat. 

— hola Nat, ¿qué ocurre?

— tu papá me habló, vine y al parecer está muy mal, acaba de regresar de una misión, lo mejor es que vengas.

— llévalo al hospital, yo iré directo allá.

— no, es mejor que vengas, dice que quiere que estés aquí. — su voz se escuchaba preocupada, ¿y cómo no? Es su mejor amiga.

— ¿por qué? Oh por Dios, ya voy en camino. — respondí igual o más preocupada que ella, comencé a temblar y mis ojos comenzaron a cristalizarse.

— ¿qué pasó?

— al parecer algo le pasó a mi papá, sólo me dijo que acaba de volver de una misión, mierda...

— ¿quieres que te lleve? — la miré. — pareces un chihuahua, estás muy nerviosa y estás temblando, yo te llevo.

— está bien.

— y llévate tu cupcake, capaz y se te baja la presión y el azúcar. — tomé el cupcake, mi copia de la llave de mi casa, ella tomó la llave de su auto y salimos lo más rápido que pudimos del campus.

Mientras íbamos de camino me comí el cupcake y miraba por la ventana, ¿qué le habrá pasado a papá? ¿Estará bien?

— lamento que esto pasara en tu cumpleaños.

— no te preocupes, mi cumpleaños ya no importa, lo único que me importa ahora es mi papá. — siguió manejando, le di las indicaciones para llegar a la casa.

— las luces están apagadas.

— tal vez tu papá está en su habitación.

— es lo más seguro. — saqué mi llave, la metí a la cerradura y le di vuelta, tengo algo de miedo.

Jamás he visto a mi papá mal, nunca se ha enfermado y en las últimas misiones sólo termina con uno o dos moretones.

Abrí la puerta y prendí la luz.

— ¡sorpresa! — gritaron todos saliendo, sentí como mi corazón se iba a salir.

Estaban papá, Nat, Hill, Clint, Pepper, Tony, hasta Rhodes y Fury estaban aquí, también estaban mis mejores amigos, Jenny y Walter.

— fue una muy mala broma.

— quería que tuvieras un lindo cumpleaños.

— y tu nueva mejor amiga nos ayudó a hacerlo posible. — dijo Jenny con más que obvios celos.

— oh por favor... — sonrió y me abrazó.

— feliz cumpleaños, hermosa. — dijo abrazándome fuerte.

— muchas gracias.

— feliz cumpleaños. — me dijo Walter abrazándome.

— no puedo creer que hayas venido desde el otro lado del país sólo por mi cumpleaños, muchas gracias.

— ¿sólo? Por favor, Saritah, obviamente no me perdería tu cumpleaños, desde que somos pequeños no me lo he perdido y la universidad no es impedimento.

— definitivamente ustedes son los mejores amigos que he tenido en toda mi vida. — dije mirando a la pareja.

— ¡hey! — me gritaron Nat y Clint, sólo carcajeé.

— de mi edad... además a ellos los conozco desde que era una bebé. — los miré a los cuatro. — si se fijan bien, Jenny y Walter son la versión joven de ustedes dos. — casi todos soltaron la carcajada.

— hey... aún soy joven. — me dijo Nat.

— ¿cuántos años tienes?

— casi los mismos que tú, cállate. — dijo abrazándome.

— suéltala, es mi turno. — le dijo Clint y me abrazó. — feliz cumpleaños, pequeña espía.

— muchas gracias, Clint.

Así fue hasta que le tocó a Tony y a Pepper felicitarme.

— feliz cumpleaños linda, ojalá te esté gustando esto.

— creo que necesitaré un corazón nuevo, casi se detiene el mío. — rió. — pero fue muy lindo, muchas gracias, Pepps, te quiero mucho.

— y yo a ti. — besó mi frente y luego se separó.

— ¿en serio está en la lista de invitados? — le pregunté a papá y asintió.

— ya ven, feliz cumpleaños, rubiecita, ojalá cumplas muchos años y todo eso. — sonreí mientras lo abrazaba.

¿Estará usando colonia? Huele muy bien, tanto que me dan ganas de quedarme cerca de él. Pero... eso no será posible, no puedo hacer eso, está mal.

— muchas gracias, hojalata. — besó mi mejilla, sólo sentí mis mejillas arder y decidí que lo mejor es separarme de él.

— aún falto yo, feliz cumpleaños, princesa. — dijo papá y lo abracé lo más fuerte que pude.

— estuvo mal que te usaran como motivo.

— yo di la idea, sólo así vendrías.

— pues sí... no vuelvas a hacer eso a menos de que sea verdad y ojalá jamás se haga verdad.

— bien... feliz cumpleaños, aún recuerdo cuando te traje del hospital, el día que naciste fue el mejor día de toda mi vida.

— awww.. gracias papá. — besó mi mejilla y siguió abrazándome.

— aún no puedo creer que cumplas 18.

— papá, me estás asfixiando. — avisé.

— lo siento, es que... me duele verte tan grande, ya no eres una niña...

— pero siempre seré tu hijita muy pequeñita.

— siempre serás una bebé para mí. — me acerqué a Lucy y la abracé.

— gracias.

— no es nada, ahora... ¿quién quiere cerveza? — preguntó acercándose a la cocina.

— tiene demasiada confianza. — opinó Jenny.

— te acostumbras a esa confianza. — dije sentándome entre Pepper y papá.

Tal vez este sea el mejor cumpleaños que he tenido.

La hija del Capitaleta [Tony Stark/Iron Man]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora