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¡AVISO! Les recomiendo que mientras leen escuchen la música que les dejo en la parte de arriba! Van a sentir lo que sintió Camille :)

El asesinato de mi padre, atroz, confuso, misterioso... Hoy me paro frente al espejo nuevamente preguntandome que paso, y porque ocurrió , ¿merecía mi padre morir? ¿Quien era mi padre? ¿Realmente era la persona que se hacia creer? Muchas preguntas, muchas...

Comencemos desde el principio, Venecia Italia, Mi hogar por 16 años; Nada se veía fuera de lugar, crecí con mis padres a mi lado, muchos amigos, fiestas, negocios, nada fuera de lo normal. ¿Actitudes? Extrañas, ¿Salidas misteriosas a las 4 de la mañana? Frecuentes, ¿Discusiones en las que no me incluían? Seguidas.

Esa noche estaba leyendo, como siempre, "El mercader de Venecia" por William Shakespeare, Antonio el "mercader" acepta un contrato con Shylock, si no le devuelve el dinero prestado para su amigo Bassanio Shylock le cortara una libra de su propia carne. Atroz pero justo.

¿Fue tonto aceptar el contrato? Tal vez.
El disparo resonó como campanas a las 12, mis padres estaban abajo, teniendo una discusión de trabajo junto a sus dos manos derechas, Fedrerick y Charles. Amables, callados, sonreían poco, por mas que intentara de hacerlos reír era imposible, pero leales, trabajaron junto a mis padres por más de 20 años. Un grito cortante surgió en el aire, petrificada aún intentando saber que pasaba, mi instinto fue encerrarme, silenciosamente me pare y camine lentamente a mi puerta para cerrarla. Apague las luces, y estaba en la oscuridad, el silencio invadió la habitación, no sabía si otro objeto había producido aquel sonido, pero prefería mantenerme encerrada y esperar a que mis padres me buscaran.

Después de varios minutos escuché pasos acercase a mi puerta, tocaron desesperada y agresivamente, mi corazón se aceleró aún más; -¡Camille! Déjame pasar.- Era mi madre, corrí hacia la puerta y al abrirla mi madre callo desmayada en mi habitación, en la oscuridad podía aún notar la sangre y morados. Me apresuré a cerrar la puerta nuevamente y caí de rodillas para intentar despertar a mi madre, tenía que llamar a la policía, con un nudo en la garganta y sudor corriendo por mi frente tomé mi teléfono y marqué los 3 números -Novecientos once, ¿Cual es su emergencia?- Jamás pensé que tendría que hacer esta llamada -Escuche un disparo y mi madre está desmayada y golpeada.- No sabía que decir, todavía estaba petrificada ante aquella situación -¿Hay algún moretón de la cabeza? ¿Sangre?- Apenas podía ver a mi madre, subí el brillo de mi teléfono para alumbrar su cara. Mi madre estaba destrozada, los morados eran incontables, tomé una almohada de mi cama para deslizarla debajo de su cabeza, al subir su cabeza la sangre corrió por mis manos. -Hay un golpe en la parte trasera de su craneo, la herida está abierta.- Lagrimas corrían por mis mejillas, intentaba susurrar y parar mi llanto, pero era imposible. -Necesito que la recuestes de lado, ahora ¿cómo te llamas?- Obedecí. -Me llamo Camille... Camille DeRose.- Mis lagrimas se convirtieron en ríos -Camille todo estará bien, estamos en camino, mantente en línea conmigo, ¿Sabes si el agresor sigue en tu casa?- Un pequeño alivio, todo estaría bien pronto -No lo sé, mi padre está abajo con dos personas más, no se si están bien.- En ese momento sabía que algo estaba mal, si mi madre fue la única que subió, ¿Porque mi papá, Charles y Fedrerick no? -Entiendo, todo estará bien te lo prometo.-

Las sirenas se aproximaron, luces rojas y azules iluminando mi habitación, -¡Policia! Abran.- Tenia el corazón en la garganta, -La policía llego, están diciendo que abra, ¿debería bajar y abrirles?- No sabía si era buena idea pero tal vez el agresor ya había escapado -No creo que sea seguro, ya han pasado dies minutos ¿y no has escuchado nada?-
-No.- La señorita dejo salir un suspiro -Hazlo.- Mi madre todavía inconsciente, tomé unas tijeras de mi escritorio, el teléfono en mi mano temblorosa, abrí la puerta, la casa estaba en plena oscuridad, baje las escaleras cuidadosamente, al voltearme a la derecha logré observar a mi padre tirado en el piso, Charles y Fedrerick atados y vendados en dos sillas; Corrí y caí de rodillas para ver el charco de sangre, la escena era asquerosa, los ojos de mi padre todavía abiertos, y aquel agujero entre sus cejas, su chaqueta y pantalones rasgados. Deje salir un alarido, estaba mal, muy mal, no sabía cómo asimilar todo esto. La puerta calló dejando las luces de afuera iluminar aún más aquella escena. Los policías corrieron tomándome por los hombros y arrastrándome afuera.

Todo paso muy rápido, las camillas sacando a los cuatro cuerpos, y el único que llevaba una manta blanca por encima era el de mi padre.

La negación, la furia, la tristeza, y la aceptación.

Nada tenía sentido, no quería que nada tuviera sentido, no quería aceptar la realidad. Pero es imposible de evitar, la realidad es algo que jamás podrás ocultar, poco a poco te acostumbras a ella.

El dolor nunca acaba, pero cambia, es una travesía, no un lugar donde quedarse. La vida es así, van y vienen, pero nada para.

Al ser arrastrada de mi casa, fui arrastrada de la realidad, de ahí en adelante todo era borroso, ya no importaba nada, entrevistas, abogados, interrogatorios.

Edward DeRose, Brutalmente apuñalado, y disparado a quemarropa, Edad de fallecimiento 53 años de edad. Sospechosos, Camille DeRose, Anastasia DeRose, Charles y Fedrerick Black.

Había sido considerada la asesina de mi propio padre, eso me enloqueció ¿como era posible?
El arma homicida jamás se encontró, las huellas en la escena del crimen solo eran de los cinco que estábamos en la casa, nadie recuerda nada. Acuerdo al examen médico, los cuatro fueron drogados, la droga no permite que recuerden nada. Lo único que recuerdan es beber la botella de vino que trajo Charles para la cena, Charles confesó que la botella se la había regalado un amigo, pero basado en los exámenes de laboratorio, la droga nunca estuvo en el vino, alguien introdujo la droga en las copas. Ahora la pregunta es ¿Quien querría matar a mi papá? Tenemos un invitado invisible, que jamás fue invitado a la fiesta.

Por favor, quédate Where stories live. Discover now