𝐋𝐀 𝐏𝐔𝐒𝐇, 𝐍𝐄𝐖 𝐌𝐎𝐎𝐍

chapter three

chapter three: la despedida, embry y la desaparición
or beth siente que se le rompe el corazón
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LOS DÍAS SIGUIENTES AL incidente fueron decisivos, y aunque Bella quería tener un poco de esperanza, Beth sentía todo lo contrario.

No habían visto a ningún Cullen desde aquello, y la culpabilidad crecía en el estómago de la rubia como si fuera un globo, y crecía con más fuerza cuándo Bella ponía esa mirada de cordero triste.

Embry trabajaba, pero hablaban de vez en cuándo por mensajes, y Beth deseaba con todas sus fuerzas poder contarle todo lo que estaba pasando a su alrededor, pero no podía.

Por otro lado echaba de menos a Rose, al principio no tanto, pero había llegado un punto en el que era ridículo lo largas que se hacían las clases cuando no podía hablar con la vampira sobre cualquier cosa.

Lo último que quería Elizabeth era que ellos se sintieran culpables, maldita sea, eran como una segunda familia para ella y Bella y simplemente las habían mantenido al margen de todo.

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Beth volvió a marcar el número de teléfono de Rosalie pero como todas las veces anteriores solo había conseguido hablar con el contestador.

Charlie entró en su habitación viendo a su hija bufar mientras tiraba el móvil sobre la cama.

-Beth.-

La rubia se giró sonriendo levemente a su padre.

-Dime papá.-Musitó Beth atando sus zapatos.

-Rosalie está abajo.-Dijo el hombre casi en un susurro.

La chica alzó la mirada y sin perder más tiempo bajó corriendo hasta la sala de estar donde Rosalie esperaba sentada en el sofá. Beth caminó hasta ella con las piernas hechas de gelatina y el corazón en la garganta.

-Rosalie.-Llamó la chica nerviosa.

-Tenemos que hablar.-Musitó con dolor en la voz la vampira.

Beth asintió y señaló el patio trasero.

Caminó fuera con Rosalie pisándole los talones, el aire revolvió sus melenas rubias y el olor a hierba húmeda se coló en sus pulmones, el silencio reinó y Beth sintió que su corazón iba a explotar.

-¿Puedes hablar?-Pidió la humana girándose para ver a su mejor amiga.

-Nos vamos de Forks.-Musitó entonces Rosalie.

-¿Habéis tomado esa decisión en qué, una semana? Muy acertado.-Dijo la chica jugando con una piedra suelta del patio.

-Carlise debería tener diez años más de los que aparenta.-Dijo la mayor tratando de excusar su huída.

-Sí claro, y yo tengo cinco años, Rosalie ambas sabemos que no os vais por la apariencia.-

-Pudo haberte matado Beth, ¿no lo entiendes?-Dijo la rubia apretando los puños molesta con la terquedad de su mejor amiga.