epilogue

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epilogue: reencuentros
or beth y rosalie, noticias y vuelta a la "normalidad"
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Beth miró aquella puerta que tanto conocía, la de la casa de los Cullen. Tenía una sensación de pesadez en su estómago, porque sabía que con el regreso triunfal de su melliza italiana, también volvería una parte de ella que se llamaba Rosalie.

-Venga dijiste que lo intentarías.-Musitó Bella nerviosa por las posibles reacciones de su hermana.

-Y aquí estoy, ¿eso cuenta no?-

-Pues sonríe un poco Beth, por favor.-Pidió Bella juntando sus manos.

La rubia suspiró pero intento sonreír. Una sonrisa que desde la perspectiva de Bella, daba miedo. Beth eliminó todo rastro de falsa alegría al mismo tiempo que la puerta se abría.

Edward besó cortamente a su novia antes de mirar a la melliza menor con una pequeña sonrisa nerviosa.

-Elizabeth.-

La chica alzó las cejas antes de cruzase de brazos a la defensiva.

-¿Nombres completos? Hola Drácula, ¿has traído mi postal italiana?-

El vampiro suspiró aliviado al ver que el sentido del humor no se había esfumado con su huida de hace unos meses.

-Entrad.-Pidió Edward haciéndose a un lado.

Las chicas entraron siguiendo al castaño por toda a casa hasta el salón dónde la familia miró a las chicas con sorpresa.

-Beth, has venido.-Susurró Emmett incrédulo.

La rubia asintió encogiéndose de hombros mientras pasaba su peso de un pie a otro.

-Sí bueno, quería hacer una entrada más triunfal y que se fuera a recordar durante siglos, pero no quedaba purpurina en casa.-

Rosalie sonrió al escuchar cómo su mejor amiga seguía siendo ella, a pesar del dolor al que había sido expuesta, al que ella misma la expuso.

-O puede que Edward se haya llevado toda para brillar bajo el sol.-

Emmett no pudo evitar soltar una pequeña carcajada que hizo a Beth sonreír, una parte de ella quería clavarles una estaca, pero otra sólo buscaba recuperar a esas personas tan importantes en su vida.

-Yo votaría por la segunda.-Dijo Edward.

-¿Me has leído la mente?-

Beth alzó una ceja desafiante hacia su cuñado quién hizo una mueca ante la acusación.

-Por Dios Beth, tú misma accediste a esto.-Pidió Bella.

La familia Cullen observó en silencio la pequeña disputa familiar.

-Por supuesto que accedí, porque pensé que habría imanes de la Toscana y postales de Florencia como recompensa, pero al juzgar por vuestras caras no me habéis traído nada de vuestra huida repentina a Italia, lugar que, desde pequeña, siempre quise visitar.-

La rubia habló con seriedad y Rosalie no pudo evitar el tema por más tiempo.

-¿Podemos hablar?-Preguntó la chica mirando a la humana.

𝐋𝐀 𝐏𝐔𝐒𝐇, 𝐍𝐄𝐖 𝐌𝐎𝐎𝐍Onde as histórias ganham vida. Descobre agora