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     —Y hemos llegado.

Sarah asintió leve, después de soltar la mano de Jeon. Él se había ofrecido (innumerables veces) a llevarla a casa sin darle la opción a negarse, y aunque ella no estaba muy convencida, terminó aceptando ante la insistencia de su nuevo amigo.

Su nuevo amigo. Sí, él era su amigo.

La mañana se les fué volando a ambos, y el inicio de la tarde los alcanzó entre dinámicas y recuerdos graciosos. Sarah lo había pasado muy bien, Jeon también lo había hecho y se encargó de hacérselo saber. Kim Sarah era mejor de lo que tenía en mente; era única y muy diferente.

Su discapacidad nunca fué un inconveniente, ella dominaba lo suficiente su situación para actuar en cuanto a ello, y JungKook no podía estar más embelesado ante eso. Sarah era alguien admirable, y le encantaba.

TaeHyung tuvo algunas apariciones en su mesa, pero se abstuvo de hacer algún comentario al respecto más allá de lo necesario que recurriera su trabajo. Y eso lo estaba matando, quería saber que estaba pasando con su pequeña hermana; sin embargo, Sarah le agradecía internamente a cada uno de los dioses por ello.

Lo que menos quería era espantar a JungKook con el poco tacto de su hermano mayor.

—Sí —dijo ella a los pocos segundos. —. Gracias por acompañarme, JungKook. —le agradeció ella, al tiempo que sacaba las llaves de su bolsillo trasero y con cuidado, se aproximaba a la puerta.

Con algo de paciencia, llegó a colocar la llave en su lugar y giró con rapidez ante la práctica. La boca a JungKook se le secó al ver eso. ¿Cuántas personas en el mundo se quejaban por algo? Muchas, y frente a él, tenía a una chica tan independiente que, fácilmente, dudaría que fuese discapacitada. Ella era una clara vista de que si quieres algo, logras alcanzarlo con el esfuerzo necesario.

— ¿Te veré mañana en la universidad, no? — inquirió él—. Podemos repetir otra vez.

Sarah sintió su rostro arder. Jeon se dió cuenta de ello así que se apresuró en agregar:

— Con los chicos, digo. Podemos hacerlo con ellos mañana, les has caído muy bien, Sarah.

— ¿Sólo a ellos? — lo molestó un poco. Sin embargo, Jeon lo tomó enserio, por supuesto que no sólo a sus amigos, a él le había caído genial.

Pero por alguna razón, de pronto, se sintió nervioso.

— N-No, claro que no. A mí también, creo que mejor que a ellos tres juntos.

Sonrió, asintiendo.

— Tú también me has caído muy bien, JungKook.

Él instantáneamente sonrió, enternecido por ello.

Jeon intentó buscar su mirada cuando dijo aquello, pero fué inútil. No tenía los ojos en un punto fijo, y por unos segundos, quiso ser lo suficientemente egoísta como para que aquellas orbes oscuras lo enfocaran en él.

— Me gustaría seguir conociéndote, Sarah — fijo casi sin poder evitarlo. —. ¿A tí te gustaría?

Claro, la idea le fascinaba.

En la biblioteca se lo había demostrado, y ella quería confiar en él.

— Claro, me encantaría.

— Nos vemos mañana, entonces.

Dudó en si hacer el siguiente movimiento, pero, ¿qué podía perder? No iba con malas intenciones, así que se acercó a ella un poco, notando como se tensaba  sentir su cercanía, antes de llegar a su mejilla y plantar un corto y suave beso allí.

Bts. Broken Hearts: Jungkook Where stories live. Discover now