Capítulo VI

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Miércoles, 20 de enero de 2021, 20:27


-Comienzo a trabajar mañana -le comentó a Jeongguk con una gran sonrisa luego de que llegaron a casa.

Taehyung no le quiso decir al menor la noticia cuando estuvieron fuera de casa con el fin de poder emocionarse tanto como quisiera.

-Eso es fantástico, hyung -Jeongguk se sentía muy feliz con la noticia. Sabía que la familia Kim iba a tratarle muy bien, así que tenía confianza en que, cuando él se fuera, Taehyung cuidaría más de sí mismo, además de también ser cuidado por la familia Kim.

Estoy ocupado con mi trabajo, en lo último en lo que pienso es en un novio.

Será más estable, ¿quién te dice que estará soltero por siempre?

Jeongguk no tenía ni la más mínima idea de qué es lo que tendría que hacer con esos intrusos sentimientos que comenzó a tener (y ni siquiera sabe cuándo llegaron).

-¿Quieres hacer algo para festejar?

Taehyung se la pensó unos segundos y dijo:

-Cerezas.

Jeongguk frunció el ceño.

-¿Cerezas?

-Algún -sin quererlo, Taehyung comenzó a sentirse algo tímido- postre con cerezas...

-¿Te gustan mucho?

Taehyung tomó el puente de su nariz fingiendo rascarse, ya que la verdad estaba tratando de ocultar el ligero sonrojo que se había aparecido de la nada.

Sin embargo, Jeongguk pudo notarlo perfectamente.

Pero, ¿tú podrás vivir sin habérselo dicho?

-Sí... Son caras, así que hace mucho no como una... -hizo una mueca y finalmente dijo-: Ah, es una idea tonta, mejor... -quiso dar pasos hacia su cuarto porque se sentía demasiado avergonzado sin razón, no obstante Jeongguk le tomó de la muñeca y de un tirón lo acercó a sí.

Demasiado... cerca.

-Iré a comprarlas.


;;---;;


-¡Ta-Da! -Jeongguk colocó delante de Taehyung un plato que contenía varios pastelitos blancos con cerezas encima-. Molde cremoso de cerezas al Marrasquino -espetó feliz-. Tardé poco más de dos horas con esto, perdón.

Ante la sonrisa culpable del menor, Taehyung sonrió.

Una de sus pocas sonrisas cuadradas.

-Gracias, en serio.

Su sonrisa, sus ojos brillantes y el hermoso ambiente que Taehyung emanaba en ese preciso momento, hicieron que el rebelde corazón de Jeongguk se volviera loco.

No podré vivir sin decírselo.

-Pruébalo -Taehyung asintió.

Tomó el primer molde, mordiéndolo al instante.

Sus ojos se abrieron en demasía.

-Esto está delicioso.

-Lo sé, lo sé -se alabó el azabache-. Soy un cocinero prolijo.

El pelirrojo sólo se rió ya que le era imposible llevarle a Jeongguk la contraria.

Todas las veces que el menor había cocinado para él, lo había hecho muy bien.

Gardenias ❁ ⁽ᵏˑᵛ⁾Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt