Capítulo doce

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El par de amigas se encontraba caminando, como cada tanto organizaban, aunque sea una salida mensual tenían que pactar, al menos por tradición e interés.

Cuando no saben qué hacer, simplemente se juntan a caminar, por el centro de la ciudad, o algún parque, charlando mientras tanto, con tal de verse aceptan cualquier cosa, total son felices con poco, en este caso.

—¿Así que un chico te habló? Y tú lo percibiste con intenciones pervertidas.

—Bueno, claro, estábamos en una fiesta, era obvio.

—En eso tienes razón, Nayeon, pero la gente no es siempre como parece.

Nayeon dejó de fijarse el camino por dónde iba, y sin miedo de tropezar miró a la menor, un poco confundida, eran obvias las intenciones de ese chico.

—¿Y tú qué hubieras interpretado?

—Pues yo nada, ya tengo novia.

La mayor suspiró y devolvió su vista al frente.

—Cierto, tú ya no tienes que preocuparte por eso.

—Exacto.

Pararon un rato, para apoyarse en la baranda, su elección de hoy fue el río Han, así que decidieron contemplarlo un rato, a la vez que seguían con su charla.

Siempre es grato mirar el agua, por alguna extraña razón a algunas personas las tranquiliza, y las ayuda a sincerarse, a lo mejor es la melancolía de algún momento anterior, pero en fin, ayuda a encarrilar una conversación.

—¿Cómo está Dahyun? — preguntó la mayor de repente.

—De maravilla, jamás imaginé encontrarme con alguien que en verdad me amara. — contestó Momo mirando el horizonte, respirando profundamente ese aire limpio.

—Qué bueno que sea así, parece ser la indicada.

La menor tardó un rato en responder, solo quería alargar sus pensamientos y convencerse, de que a lo mejor sí lo es.

—Eso espero...

Después de un rato, se quedaron sin motivo de diálogo, por lo que decidieron retomar el camino a casa, lento, aún es temprano, para su cita con Dahyun, Nayeon la quiere conocer, así que Momo la está llevando con ella hasta el punto de encuentro, solo para presentarlas, jamás permitiría que se quedara con ellas durante su momento de privacidad.

Además, hoy tiene algo para darle a su novia.

Casi al final del paseo, por más que el río y la Costanera sea larga, en algún momento tiene que terminar, y Momo con su atención adelante, pudo diferenciar una silueta sumamente conocida para ella, que se dirigía hacia su persona sin notarlo, porque dicha conocida venía mirando para abajo, sin mirarla.

Hasta que amagó a pasarles por al lado.

—Sana.

La nombrada paró su caminata, y miró al costado, dándose cuenta de quién la llamaba, sin necesidad de pensarlo mucho tampoco.

—Hola, Momo. — dijo saludando a su amiga, mientras miraba a la chica que estaba con ella — y Nayeon.

La coreana le correspondió con un sonrisa, sin tener idea que a la menor no le agradaba, solo la notó por cortesía y educación.

—¿Qué haces aquí Sanis?

—Estoy caminando un poco, para despejarme.

—¿Te encuentras bien? — le preguntó Momo preocupada, mientras la miraba detenidamente, dándose cuenta de algo —¿Te teñiste el pelo?

Third wheel || SaidahmoWhere stories live. Discover now