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NAT

Esa tarde cuando llegamos Lila seguía entrenando como el día anterior. Bajé a la sala de entrenamiento y se sorprendió al verme.

- Mamá... Hola.

- Hola, brujita... cómo estás?

- Bien, ustedes? cómo les fue?

-Muy bien, amor, pero... qué raro que estés entrenando ahora, pensé que habían entrenado con la tía.

- Lo hice, pero quería seguir

WANDA

Cuando bajé a verlas estaban ambas entrenando. Nat quería cansarla para que dejara de entrenar. Estaban practicando golpe de arriba y Lila estaba realmente cansada pero quería seguir.

- Li, ya podemos parar, no hace falta que entrenemos tanto... -dijo Nat al verla respirando muy agitadamente.

- No... qui-quiero seguir.

Siguieron un rato más hasta que Nat me miró buscando ayuda porque también tenía miedo de que a Lila le pasara algo por entrenar tanto.

- Bueno, ya está, Lila, Nat, vamos a cenar... -dije.

- No, mamá, quiero seguir entrenando...

- Estás agotada, amor, vamos.

- No. en serio estoy bien... tengo que seguir... -dijo mientras seguía golpeando al saco de boxeo.

Entonces Nat se acercó a ella y la tomó por las muñecas

- Basta, hija, ya está.

Lila se quejaba y forcejeaba tratando de que Nat la soltara pero las tres sabíamos que no iba a pasar. Se cayó al piso de rodillas y Nat se agachó con ella porque la sostenía aun.

- Mama, necesito seguir...

Tiraba de sus manos para que mi esposa la soltara pero no lo haría.

- Brujita, necesito que dejes de forcejear para que vayamos a comer...

Lila dejó de resistirse y Nat la ayudó a levantarse tomándola por la cintura. Subimos la escalera y cuando estábamos por ir a comer Lila dijo:

- Tengo que ir a cambiarme la ropa, mamá, estoy sudando.

- Está bien, andá -dijo Nat

Subió los primeros tres escalones y la vi tambalearse. Antes de que cayera al suelo, con mis poderes la levanté y Nat, con la mirada asustada, extendió los brazos para que se la diera.

Esa noche la pasamos en vela. Ambas en el laboratorio esperando a que Bruce nos dijera que había pasado.

- Entrenó durante todo el día, es obvio que no iba a resistir... también estaba comiendo y durmiendo poco, ahora le puse un suero y tendrán que esperar a que despierte para que coma algo que la llene.

Nat me miró y ambas pensamos lo mismo. Había una razón por la que Lila había comenzado a entrenar tanto y comer tan poco.

- Tony, podes fijarte qué mensajes le mandaron a Lila personas que ella no conoce? - preguntó Nat

Él nos trajo un montón de hojas de fotocopias de mensajes que le habían mandado a nuestra hija cuentas de Instagram que ella no conocía. Me rompió ver entre esos mensajes uno en específico "Cómo se nota que sos adoptada... no tenés los músculos de Natasha ni los ojos claros de Wanda. Por eso te deben hacer abandonado tus padres anteriores. Tenés que entrenar más y comer menos para ser una vengadora real como ellas, sos horrible" las personas podían ser super crueles y con Nat lo aprendimos viendo esos mensajes.

A la madrugada, cuando Lila despertó nos miró asustada.

- Tranquila, amor... ya pasó...-dije abrazándola.

Hablamos con ella acerca de todo lo que habíamos visto y de lo que queríamos que ella supiera.

- Un mensaje de este estilo son los que no queríamos que leyeras teniendo redes sociales. No sé como vamos a hacer pero podés seguir teniéndolas siempre y cuando no mires los mensajes de gente extraña.

- Está bien.

- Y a la sala de entrenamientos solo podés entrar con Nat -dije.

- Vamos a entrenar juntas, sí, brujita? Nada de entrenar de más, te va a hacer mal.

- Y las comidas las vas a hacer con nosotras, vamos a volver de todas las misiones a la hora del almuerzo y comemos con vos. Tenés que saber que por mas que no te parezcas a ninguna de las dos, sos tan hermosa... no puedo creer que esa persona haya creído lo contrario. No hace falta que tengas los músculos de mama o mis ojos, sos nuestra hija y eso es todo lo que necesitás saber.

Nos abrazó y esa noche durmió con nosotras. Pudo cumplir lo que hablamos y olvidar de a poco aquel comentario, con la ayuda de la familia.

WANDA

Unas semanas después habíamos terminado de preparar la comida para ese día con Nat y de golpe me llaman al teléfono.

- Hola?

- Hola, señora Maximoff. Lamento molestarla con esto, pero la verdad es que necesitamos que venga a la dirección del colegio.

- Qué pasó? Lila está bien?

- Su hija le contestó mal a un maestro y lo insultó.

- Ahora vamos, disculpe, no sé qué le pudo haber pasado...

Corté.

- Qué pasó?

- Lila insultó a un profesor...

- Qué? No, es imposible.

- Me llamó para decirme eso el director del colegio.

Fuimos a la dirección y estaba Lila sentada en una silla a la izquierda, había dos a su costado derecho. Nat agarró una de las sillas y la puso del lado izquierdo de nuestra hija, supe cuando le lei la mente que era para que se diera cuenta de que estaba rodeada y que tendría graves problemas.

- Bueno, gracias por venir, señoritas Romanoff y Maximoff, la verdad que me apena tener que distraerlas de su trabajo para este tipo de cosas... pero, Lila querés explicarles qué pasó?

Entré a la mente de mi hija para ver qué había sucedido y escuché: "por qué carajos no les decís vos, estúpido" y le di un pequeño codazo para que sepa que la estaba oyendo.

- Porque el profesor me dijo que me fue mal en el examen y que debía ponerme a estudiar más, y yo el dije que no era mi culpa que él hiciera mal su trabajo de enseñarme.

Escuché la mente de Nat para saber qué pensaba "esa es mi hija...- cuando vio que la estaba mirando fijo- digo... estem... hay que castigarla porque no puede responderle así a un profesor, aunque tenía razón"

BrujitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora