Capitulo 9

1K 129 10
                                    

 
 
—No es por insistir, pero son casi las diez, Sakura —dice una voz.

Qué raro, me encuentro en una cama muy cómoda que no es la mía y una voz masculina intenta despertarme. Pero no quiero, se está muy bien calentita entre las sábanas.

—Vamos, Sakura, dentro de poco ya no quedará nada para desayunar. Tienes que levantarte ya.

La voz aburrida sigue hablando, una voz que no me resulta del todo desconocida, pero que no puedo asociar a mi despertar habitual.
A duras  penas  consigo  abrir  un  párpado  y  luego  el  otro. Hay demasiada luz, me cuesta enfocar las cosas.
Parpadeo y finalmente la niebla se deshace. Frente a mí hay un rostro, el de un hombre con el cabello oscuro. Vi esa cara varias veces… ¡Oh, cielos, es Shikamaru!
En un abrir y cerrar de ojos, nunca mejor dicho, recuerdo dónde estoy, y por qué me desperte en el castillo.

—¿No te encuentras bien? —pregunta Shikamaru, que parece preocupado por mi expresión desconcertante.
Me refriego los ojos.

—No demasiado. ¿Qué hora dijiste que es? —pregunto con voz ronca a causa del sueño.

—Son las diez —responde y me mira con recelo.

Seguro que mi aspecto es bastante deplorable.
—¿¡Qué!? —exclamo agobiada. Y de repente, estoy perfectamente
despierta—. ¡No pueden ser las diez! ¡Nunca dormi hasta las diez!

—Bueno, pues son las diez —replica Shikamaru y se cruza de brazos para observar el espectáculo que tiene frente a él.
Ni siquiera me atrevo a imaginar qué aspecto tengo ahora mismo: ojos hinchados por el sueño, cabello despeinado, nada de maquillaje. ¿Cómo es que Shikamaru huyó dando gritos? Juro que no me habría ofendido si hubiera escapado, de hecho me parecería lógico.

—No sé si ofenderme o ponerme a reír —confiesa alejando su rostro del mío.

—¿Por qué lo dices? —murmullo todavía con voz ronca y me siento en la cama.

—Normalmente  las  chicas  se  arreglan  mucho  para  que  las  vea, especialmente si es por la mañana y se encuentran en mi cama —insinúa con socarronería, y empieza a fijarse demasiado en el escote de mi pijama.

Me lo esperaba. No llevo ni un minuto despierta y ya me suelta algo así. Por no mencionar que no me pueden provocar con el estómago vacío.

—Esta es mi cama durante el fin de semana, que quede claro. Y honestamente, el aspecto que tengo antes de levantarme de la cama me importa un comino.

—¿Siempre estás tan alterada cuando te despiertas? —pregunta como si nada.

Lo miro con elocuencia. Shikamaru ríe y sigue mirándome.

—No me malinterpretes, es un cambio agradable. Por no mencionar que sin maquillaje tienes un aspecto más de niña.

¿En serio piensan los hombres que eso es un cumplido?

—¿Podrías apartarte para que me levante? —digo enfadada.

Se mueve lo justo para dejarme un hueco y que pueda salir disparada hacia el baño.

—¡Te espero abajo, en el comedor! —grita poco después cuando ya estoy segura dentro del baño.

¡Por fin un momento de paz! Es horrible empezar la mañana así: parezco recién salida de una película de miedo y él, en cambio, está perfecto, bien peinado y bien vestido.
¿Cómo habrá conseguido dormir tan profundamente sabiendo que yo estaba en su cama? Una vocecita me dice que tal vez lo hizo porque precisamente  era  su  cama,  pero  aparto  rápidamente  ese  pensamiento molesto.
En pocos segundos me lavo los dientes y me visto. Opto por unos pantalones negros de Jean tiro alto, y un jersey negro también pero cuello ancho. Por último me peino y me dejo el pelo suelto, que está un poco despeinado por la almohada, y me maquillo más que de costumbre. ¡Nada de parecer una niña!

Trabajando Con El Enemigo *ShikaSaku*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora