Capítulo 31

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Los interminables sonidos de balas eyectadas por parte de los dos bandos no cesaba, todos en silencio con los sentidos activados observaban y escuchaban hasta el mínimo sonido que fuera provocado en el campo de batalla, el encuentro parecía ser interminable, ninguna de las dos partes se rendía, nadie estaba dispuesto a ceder la victoria de ese enfrentamiento.

-Tengo que salir- 

-¿Salir a dónde?-

-A hablar con Pogo- Respondió con seriedad en sus ojos.

-¿Pero tu estas loco, Horacio?- Habló el rubio con algo de incredulidad por lo que estaba escuchando. -¿Eres consciente de que estamos en un tiroteo?-

-Sí, pero si hablo con él puedo convencerlo de detener todo esto y que se entregue- Su mirada reflejaba confianza dando firmeza a sus palabras.

-¿Tu crees que él va a hacerte caso después de todo lo que ha pasado?-  

-Lo conozco, sé como es Pogo- La seguridad podía sentirse en su voz. -Si hablo con él, va a escucharme-

-¿Realmente lo conoces?- Interrogó el mayor mirando con seriedad al menor. -Creo que hace un rato te enteraste de que pertenece a una banda haciendo trabajos ilegales y las cosas de la que es capaz de hacer- 

Lo dicho por García dejó pensativo al peli azul con una mueca en su rostro. Tenía razón, al parecer no conocía lo suficiente al peli morado, había muchas cosas que no sabía de él. Pero aun así el sentimiento de querer hablar con Pogo no se iba, fueron casi cuatro años juntos, le tenía mucho cariño asique estaba dispuesto a ayudarlo y que saliera vivo de la situación que ahora mismo acontecía.

-Pero quiero hablar con él de todos modos- Sentenció decidido. -Si todas esas veces que me dijo que me amaba eran ciertas entonces me escuchará-

-Mi niño...- Murmuró Gustabo con inseguridad, confiaba en Horacio pero sabía que el problema sería el peli morado de ojos azules, nunca sabes como puede responder ese sujeto.

Solo sus miradas quedaron hablando entre ellos intentando convencer al contrario sobre su decisión, estaban tan metidos en ellos mismo que no notaron cuando las armas tuvieron un descanso y todo estaba sumido en silencio. Cada bando hablaba con sus miembros intentando planificar algún plan, alguna estrategia que pudiera llevarlos hasta la victoria de su objetivo.

El alto peli gris se acercó al par de amigos para verificar que estuviera todo bien, solamente pudo ver como se observaban mutuamente a través de sus pasamontañas. Un pequeño sentimiento se instaló en el de mirada turquesa al verlos juntos, parecían un buen dúo que podían hacer un gran trabajo juntos, unos grandes compañeros capaces de compenetrarse bien en el trabajo y competentes a la hora de cumplir con distintas responsabilidades. 

Era la primera vez que veía al rubio demostrando interés en alguien, en todos los momentos que tuvieron que trabajar juntos nunca le vio con ánimos ni afecto con cualquier persona, ni si quiera valoraba mucho su seguridad. Pero al verlo con Horacio, con sus ojos brillando de preocupación y cariño, siempre alerta a todo lo relacionado con Pérez le daba la sensación de que simplemente le daba igual todos excepto su mejor amigo de la infancia. Además de que siempre se le veía desinteresado, pero al conversar sobre Horacio con Conway y él se podía ver mucho estima y afección en sus orbes zafiro, y como su rostro se iluminaba al contar varias anécdotas junto al de cresta.

-Escúchenme, cuando se tranquilice la situación un poco y se vea completamente seguro, nos aseguraremos de sacarlos de aquí- Habló el ruso para ambos interrumpiendo sus intercambios de miradas.

-De acuerdo- Contestó con un asentimiento de cabeza el rubio posando una mano sobre el hombro de su menor.

El de orbes heterocromáticos simplemente se quedó en silencio con la cabeza gacha, sumido en sus pensamientos los cuales no habían cambiado respecto a querer hablar con el peli morado.

-Escúchenme anormales, entréguense y terminemos con todo esto, les saldrá mejor de esa forma si no quieren terminar en el hospital o en un jodido ataúd- El superintendente habló por medio de un megáfono imponiendo su autoridad para lograr intimidar a los contrarios.

-Tengo un plan mejor, porque no se van a su estúpida comisaría de juguete y nos dejan en paz- La voz que pronunció tales palabras sonó burlista y con diversión.

-Vale, cuando sea el momento les daré una señal y los dos correrán hacia el patrulla que está allí detrás- Avisó Volkov señalando el vehículo al que se refería.

El peli gris y el rubio intercambiaron un par de palabras unos minutos, dándole la oportunidad a Horacio de pensar un momento a solas, quería hacer algo para ayudar, no quería que nadie muriera ni Pogo ni Gustabo. Estuvo mucho rato perdido en su mente sin escuchar la charla que mantenían los otros dos, observó sin prestar atención a lo que decían los dos que hablaban frente suya para después asomarse levemente de su escondite intentado buscar la figura de Pogo.

-Pues entonces seguiremos con este intercambio inútil de balas- Finalizó el pelinegro apagando el megáfono y tomando nuevamente su posición para seguir con la batalla.

El corazón del peli azul se aceleró, en cualquier momento podían dañar a Pogo y no quería eso, tenía que actuar de alguna forma, algo debía poder hacer por muy mínimo que fuera.

Pensó unos segundos y finalmente su mirada se volvió segura, sin que sus dos compañeros frente suyo lo notaran, se escabulló escondiéndose en otra parte más alejada de Gustabo y Volkov.

Echó una última mirada a su amigo y como seguía conversando con el ruso para después voltear su mirada en dirección a donde suponía que se encontraba el peli morado. Con determinación se levantó y caminó lentamente en aquella dirección.

El rubio volteó su rostro hacía donde se suponía estaba su colega y al no verlo su semblante se alteró, se levantó y visualizó al de ojos bicolor caminando despacio queriendo llegar al otro lado. Pudo ver como del otro lado una cabellera algo larga, ondulada y morada se asomaba y apuntaba el arma que llevaba en su mano hacia una dirección en específico. El miedo invadió todo su cuerpo, rápidamente corrió hasta el menor.

-¡NO!- Gritó desesperado el rubio queriendo alcanzar al peli azul.

Lo único que se escuchó en el lugar fue el gatillo siendo apretado, la bala saliendo disparada del cañón del arma, la risa desquiciada del peli morado, el grito agobiado de Gustabo, la bala impactando contra un objetivo y un cuerpo cayendo sin resistencia directamente al suelo.        

  

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Buenas!
De verdad muchas gracias por todo el apoyo, no sé cómo expresar lo tan agradecida que estoy con que le hayan dado una oportunidad a esta historia 🤗💕

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