Capítulo 10

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Capítulo 10

-¿Pintarás mi cabello?- sonreí, amaba jugar con mi cabello.

-Sí pero es temporal, con tres o cuatro lavadas se quita- me explicó.

-Entonces vamos- me jaló al baño y me hizo todo ese tedioso proceso.

.Listo- dijo una hora y media después.

Me miré en el espejo y estaba…diferente pero diferente bueno, mostré mis blancos dientes en una gran sonrisa, esta noche sería genial.

-Y por último la gran sorpresa- abrió una de las maletas que hasta ahora no había visto su contenido.

-¡Está hermoso!- grité viendo el delicado vestido frente a mí, ella lo tendió en la pequeña cama y enserio me quedé enamorada.

¿Cómo describirlo?

Soy pésima para eso pero enserio era hermoso, era un lindo color verde con escote de corazón, llegaba a medio muslo y encima tenía una larga falda de seda con una abertura acompañada de un cinturón dorado, sencillo y perfecto.

-Yo también traje uno- de la gran maleta sacó un vestido típico de ella, era negro con la espalda descubierta, llegaba hasta el piso, era algo brilloso como ya dije…típico de ella.

-¡Oye espera!, qué tonta, olvidé las máscaras- ¡demonios!, ¿cómo pude haberme olvidado de ese pequeño detalle?

-Cálmate, ya te dije, tengo todo cubierto- se acercó a la maleta y sacó dos antifaces, me tendió uno, era dorado y con toques brillosos en las orillas y una pequeña pluma sobresaliente del lado derecho, él de ella era rojo sencillo pero muy elegante.

-Estos harán el trabajo- me mostró sus zapatos rojos y a mí me pasó unos zapatos como rosado opaco, no sé especificarlo pero sé que quedarían espectacular, lo malo es que medían como veinte centímetros ¿exagerada? Sí, demasiado.

-¿Puedo ir con vans?- pregunté haciendo mi mejor cara.

-No, ahora siéntate- me arrastró hasta la silla rosado chillón y no me dejó parar dos horas después, mentiría si dijera que mi trasero no estaba completamente muerto, lo pellizcaba pero no sentía nada, hasta llegué a asustarme cuando sentí un horrible vacío en esa zona.

-¿Te gusta?- me sorprendí al verme, mi cabello estaba sujeto a un delicado pincho de diamantes y caía de forma ondulada por mi espalda para así cubrir el enorme tatuaje de un atrapa sueños, al principio dude pero me encantaba y tenía toda la zona cubierta.

-¿Eres la mejor lo sabes?- con su mano hizo la forma de una pistola y sopló con egocentrismo.

-Lo sé Cocha, ahora me toca embellecerme a mí- se dio me dio vuelta y se metió en el baño.

Estuvo una hora metida allí dentro, yo no sabía qué hacer, caminé con los tacos y casi me caigo no una, ni dos, sino cinco veces pero al final los dominé bien, hice poses ridículas de diva, incluso me tomé fotos para dejar guardado el recuerdo de mi cabello rojo pero me aburría todo.

-Ya estoy- Helen salió ya lista, su peinado era un simple recogido en la parte de atrás y maquillaje muy cargado, aunque para ser sincera le quedaba muy bien pues sus ojos verdes resaltaban mucho más.

-¿Qué hora es?- pregunté.

-Las seis y media, tenemos tiempo.

-Tengo hambre- hablamos al unísono, nos reímos y luego pusimos cara de animales hambrientos.

-Ya sé- marqué le número de Brandon ya que estuvo una semana insistiendo para dármelo y me contestó en el segundo tono.

-¿Sí?- parecía como si se estuviera levantando de dormir, estúpidos hombres que solo necesitan media hora para estar jodidamente guapos.

¡Simplemente no te me acerques!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora