Capítulo 27

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Dedicado para Megan, besos mi niña.

-¿Segura?- suspire y me prometí internamente hacer mi mejor esfuerzo.

-Tengo tres semanas- me encogí de hombros, esta vez fue Helen la que suspiró, a veces yo era tan terca. Me bajé del coche y Mateo me ayudó con la maleta.

-Recuerda hermanita...

-Sí, lo recuerdo, tendremos bastante tiempo- me abrazó con ternura y arrastre mí no tan plano culo hasta la residencia de mujeres.

-¡Katie!- me giré y casi caigo hacia atrás por el impacto de su cuerpo.

-¿Qué fue eso?- sonreí con ternura por su muestra de afecto.

-Que no te olvides que a pesar de todo estaré aquí- la miré y dejé que una pequeña lágrima rodara por mi mejilla, Helen la limpió.

-Gracias- la vi meterse dentro del coche de mis hermanos y desaparecieron por el camino de grava de la entrada, subí rápidamente a mi habitación y me metí en la ducha, todo esto me tenía en tensión permanente.

Tenía que hablar con papá pero el cansancio fue tan grande que la cama parecía ser el mismísimo cielo y no dude al tirarme sobre ella.

-Despierta- fruncí el ceño ante esa profunda voz.

-Dormilona despierta- di unos golpes en el aire para que dejaran de molestarme y oí una risa grave.

-¿Bryze?- abrí mis ojos totalmente y un poco asustada.

-¿Gía?- ironizo y le tiré una almohada.

-Vamos que es tarde- me percaté de su uniforme- el cual le quedaba jodidamente bien- y di un respingo, levanté mi perezoso culo y en diez minutos ya estaba lista.

-Vamos, vamos, vamos- lo empujé y caminamos hasta el ascensor, todo era tan raro, en los últimos días apenas nos habíamos visto, él sabía que algo me ocurría pero se aguantaba y no preguntaba sobre nada, Bryze aprovechó mi ida hacia otro planeta, cogió mi mano y se la llevó hasta su cadera donde alzó su camisa e hizo que le tocara el discreto tatuaje.

-Yo...mmm...ya lo había visto- él frunció el ceño.

-¿Cuándo?

-La semana pasada, cuando te emborrachaste- maldijo por lo bajo y luego me encerró en sus brazos.

-Te amo- lo abracé con más fuerza porque sentía que cosas como estas no se volverían a repetir.

-También te amo- el ascensor de abrió y una inspectora estaba frente a este.

-No me sorprende- negó como si esto ya fuera habitual- los dos- nos señaló y creí que gritaría: ¡a castigo!- ya váyanse, hoy no tengo ganas de molestar la vida nadie- resopló y se fue por el lado opuesto a nosotros mientras se frotaba la sien.

Bryze me miró y me encogí de hombros, salimos de mi residencia y nos dirigimos al comedor, volvería a ser yo.

-Aquí están- le sonreí a Siri, le diría primero a ella porque sabía que me ayudaría pasara lo que pasara, comimos entre risas y luego cada uno se fue a su clase correspondiente, hoy yo tenía el libre porque vendrían los decanos de las universidades a arreglar los asuntos de becas y otras cosas, caminé en dirección al jardín, pasaría allí una parte de la mañana y luego iría a estudiar para los últimos exámenes.

-¿Gía?- me sobresalté al oír su voz.

-Hola- él tomó asiento a mi lado fruncí el ceño por su repentino acercamiento.

-¿Por qué no estás en clases?- lo miré escéptica.

-¿Por qué no estás en clases tú?

-Responde mi pregunta.

¡Simplemente no te me acerques!Where stories live. Discover now