Capítulo IV

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Harry frunció el ceño, pero reconoció a esa persona, sonrió y así que siguió el beso, el castaño posó sus manos en la cintura del oji-verde y lo atrajo más a él, Harry posó sus manos en el cabello de su profesor y jugó con sus cabellos. Luego de unos minutos el rizado entró en razón y se separó del beso.

—Por dios...— Susurró el rizado separándose un poco.

—Lo siento pero no podía esperar más...— Se sincero.

—Yo tampoco, pero ¿En un callejón? Todos podrían vernos.— Suspiró.

—Lo se, perdón...— Harry volvió a besarlo.

El beso fue correspondido de inmediato.

—¿Tienes que ir a algún lugar ahora?— Preguntó separándose del beso.

—No, mi abuela salió con una amiga.— Asintió.

—¿Vamos por un helado?—

—Si, me gustaría ir contigo.— Sonrió.

—Entonces vamos.— Asintieron. 

Los dos comenzaron a caminar hacia la heladería, todo el camino los dos llevaban unas sonrisas cómplices, llegaron a la heladería, entraron.

—Bienvenidos, ¿Qué van a pedir?—

—Dos helados de chocolate.—

—¡No!— Gritó bajo.

—¿No te gusta?— Negó.—Bien, entonces dos de chocolate.—

—Louis...— Se quejó.

La chica que los atendía estaba riendo.

—Mejor el de vainilla...— Negó.

—Mejor el de chocolate.—

Estuvieron debatiendo que helado comprar, hasta que la chica se acerco nuevamente a ellos.

—Perdonen, se ven lindos discutiendo, pero aquí está su helado...— Ambos llevaron su mirada hacia la chica.

—¿De qué es?—

—De chocolate y vainilla, cortesía de la casa.—

Harry lo tomó, ambos agradecieron. Salieron del lugar.

—Vamos por aquí, no encontraremos personas que nos vean.— Lo siguió.

Después de caminar un poco, llegaron a un parque poco conocido, Louis caminó hacia un puente, Harry lo siguió.

—Mamá me traía de niño aquí, nunca hay personas, te da paz.— Habló el castaño.

Harry elevó su mirada, sonrió al ver a Louis.

—Tu madre es la mejor.— Sonrió.

—Lo es, aunque le he dado unos dolores de cabeza.— Rieron.

—Eso es normal.— Alzó los hombros.— Ahora a comer.— Elevó el helado, el chico estuvo de acuerdo.

Degustaron del helado en silencio, mientras venían el agua pasar, ambos tenían paz en si mismos.

—No conocía este lugar...— Rompió el silencio.

—Es muy difícil de encontrar, con todos los parques que existen en Los Ángeles.— Sonrió.

—Si.—

Terminaron el helado, Harry estaba jugando con la cuchara, tenía una sonrisa en su rostro.

—¿Sabes algo chistoso?— Preguntó el menor.

—¿Qué?— Lo vio, dándole toda su atención.

—Para mi era estúpido amar a alguien... Actualmente me creo estúpido por amarte...— Louis lo interrumpió.

DOCTORS -L.S-Where stories live. Discover now