Destino ๑ [Vol. 1]

Sinopsis De Diana Argent

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Y aquí estaba una vez más frío, oscuridad, miedo y solo pensaba en una cosa. Mama ¿Dónde estás? ¿Sigues viva? ¿Qué es lo que quieren de ti? ¿Quiénes son ellos? 

No. No quienes, sino, ¿Qué cosas son ellos?

—Tranquilízate Diana confía en tu padre.— es lo que me repetía una y otra vez en mi mente, ese fue mi primer error. —No puedo esperar más.— salí de mi escondite y camine por el bosque, no podía oír nada, todo era tranquilo y baje la guardia.

Segundo error, sentí como alguien me observaba y de un momento a otro escuche un grito, era ella, corrí lo más rápido que pude y la vi estaba herida, pero ¿qué?... ¿Una mordida?

—¡Mami!— grite. Fue mi tercer error. 

—¡No, no, hija, no te acerques, vete!— dijo ella desesperada. 

—¿Pero qué dices mamá? ¿Que está sucediendo?.— pregunté asustada. 

—Solo vete corr...— no alcanzo a terminar. 

Algo se abalanzó sobre ella, iba a ayudarla, pero sentí como alguien me agarraba por detrás -papá- pensé, pero no, no era él, era mi tío Chris Argent, trate de liberarme, pero él era más fuerte que yo. 

—Tío Chris salva a mi mamá, por favor.— le dije llorando. 

—Lo siento cariño en serio, perdón.— dijo mi tío Chris abrazándome. 

Y hay los vi a ellos, mi abuelo Gerard, mi tía Kate y mi padre James Argent. 

Sentí esperanza, la iban a ayudar, pude ver como mi tía le disparaba a esa cosa, ¿qué era eso?

Y lo pude ver, era un lobo... ¿Un hombre lobo? Lo dejé pasar, lo único que me interesaba era mi madre. De un momento a otro ellos la rodearon. 

Kate y mi padre la miraban con pena, en cambio, Gerard solo la miraba con decepción y nostalgia, no pude descifrar bien su rostro hasta que James, mi padre, el que me crio. 

Al cual era mi ejemplo a seguir le apuntaba con un arma a mi madre, a su esposa, la cual juro proteger. 

—No, no, no, ¿qué haces papa? No para por favor, tía
Kate, por favor haz algo, ¡abuelo, por favor!— dije entre sollozos. 

—Te amo mi pequeña mariposa.— fue lo último que dijo, para luego escuchar a mi abuelo.

—Lo siento mucho cariño, pero ella ya estaba muerta.— dijo mi abuelo. 

—Lo siento mi amor.— dijo mi padre y disparo. 

—¡No¡— grité al ver el cuerpo sin vida de mi madre caer al suelo. 

Sentí como mi mundo se cayó a pedazos, mi corazón dejó de latir, ya no tenía control de mi cuerpo. 

Gritos, sollozos, lágrimas. Muchas emociones negativas salían de mí. 

Mi mamá, mi mejor amiga, mi confidente, la mujer que me dio la vida yacía muerta en el piso. 

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