Veintitres

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Paz estaba tratando de hacer dormir a su hija mientras que Duki se había ido a tocar a un lugar de la costa.

La verdad que estos días de vacaciones estaban siendo agotadores.

Pasaban el día en la playa, en donde la mayoría de las veces llegaban personas a su carpa para pedirle fotos a Mauro, después iban a comer a algún restaurante y cuando volvían al hotel aprovechaban la pileta. Cenaban los tres juntos y después el trapero se iba hasta el boliche en el que tocaba esa noche. Se dormían tarde, se levantaban tarde.

A pesar de la desorganización, la rubia no se arrepentía de haber aceptado la propuesta porque veía que Milena estaba siendo feliz.

Pasar días con su papá era algo que no le podía negar y que le hacía sentir que eran otra vez, en cierto punto, una familia.

Una vez dormida la niña, su mamá se preparó un café y se sentó a mirar una serie. Así pasó alrededor de 2 horas hasta que sintió que su ex estaba entrando a la habitación.

- No pensaba encontrarte despierta - le dijo tirando las llaves arriba de la mesita y sentándose a su lado en el sillón

- Pero lo estoy - le respondió

Mauro agarró la mano de Paz y la colocó entre las suyas. Ella, nerviosa, lo miro a los ojos y sintió como si todo ese año que se habían distanciado no había servido para eliminar los sentimientos.

- Mira Paz, yo se todo lo que hice en un pasado y que el estúpido fui yo - comenzó a explicar - Por mi culpa las perdí, me reprocho no haberte acompañado durante el embarazo ni durante los primeros años de Milena pero quiero remediar todo eso ahora porque desde que nos volvimos a tratar me di cuenta que te amo como el primer día y que lo que hice no tuvo relevancia

- Mauro, yo quiero que sep... -

- Espera, quiero terminar. A lo que voy es que quiero que todo sea como antes, que vivamos juntos y que intentemos restablecer nuestra relación - terminó diciendo él

La rubia suspiró y, sin pensarlo más, aferró sus manos a la nuca del chico y juntó sus labios en un beso necesitado.

Sus respiraciones comenzaron a acelerarse y Duki se tiró hacia atras para quedar acostado en el sillón de la habitación del hotel con Paz sobre él.

Aprovecho el momento en el que separaron sus labios para poder respirar, le sacó el top que ella traía puesto y se dedicó a hacer marcas en su cuello.

Lo mejor de sus peleas eran las reconciliaciones.

Little | DukiWhere stories live. Discover now