22 ; Siempre en nuestros corazones

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Theodore Nott, estaba en los jardines más alejados de la Mansión Greengrass.

El panteón familiar.

Le estremecía ir a aquel lugar, le dolía como una daga en el pecho entrando furiosamente en su corazón, ir ahí.

Si bien, había ido cada día de las últimas cuatro semanas desde el fallecimiento de su ex prometida, y quien había sido le amor de su vida y que él había prometido « amar para siempre » , para Theo aún era difícil hablarle a la tumba de la chica.

Una lápida lujosamente construida en mármol blanco, y adornada de cientos de flores hermosísimas de muchos colores, de las cuales Theo, había puesto más de la mitad.

El chico caminaba cabizbajo, con los ojos hinchados y una rosa muy linda en su mano.

El día pintaba de color gris, las nubes estaban cargadas de agua, como dos ojos a punto de desbordar sus lágrimas.

Tal como los ojos de Theo.

Al llegar a la lujosa tumba de su amada Astoria, se puso de rodillas, mientras que con dedos temblorosos colocaba la hermosa rosa, sobre el centenar de flores que había ya.

Luego pasó sus largos y blancos dedos sobre la escritura que se había colocado allí.

Astoria Greengrass

Una hermosa rosa que nos fue arrebatada. Siempre te amaremos, Astoria. Un ejemplo de hija y hermana.

Con amor, tus padres y hermanos.

Luego procedió a tocar el siguiente inscrito, que estaba un poco más abajo, y que el había pedido a los señores Greengrass poner, ellos aceptaron, pues sabían del gran amor que el castaño le profesaba a su hija.

Eres lo mejor que me sucedió en la vida. Te amo, y lo haré siempre.

Dulces sueños, princesa.

Con todo el amor que pudiese existir,
Theodore Nott.

Al terminar de pasar sus dedos por aquel escrito, Theo se soltó a llorar, sintiendo como las gotas de agua fría caían por su cabello, pero eso le importaba poco. El sólo sabía del gran dolor que su pecho embargaba, y nada, ni nadie, podía consolarle.

Para Theo, era muy difícil vivir con el hecho de haber visto morir a la mujer que amaba frente a sus ojos, y lo peor, es que nada había podido hacer para evitar aquello.

El castaño se recriminaba día a día, el no haber estado cerca para salvarle.

Le asombraba el hecho de que el amor de una hermana, hubiese podido más que el temor a perder la vida.

Tal vez algunos pensasen que odiaba a Hermione por haber sido indirectamente la causa de la muerte de la joven; pero no era así. Theo comprendía que Astoria amaba a su hermana, a tal punto de dar su vida por ella. En este mismo momento imaginaba a Draco en su lugar, llorando en la tumba de Hermione mientras se arrepentía de muchas cosas.

Pero no le deseaba eso a Draco. El era como un hermano para él, y un hermano no quiere ver sufrir a su hermano. Astoria lo había demostrado.

Se sentía orgulloso de ella, de aquella valiente jovencita de cabello castaño y ojos azules que siempre recordaría con el mismo amor de siempre.

Aquella que pudo haber sido la mujer con quien tendría una vida, una mansión grandísima como todos los de su familia solían tener, unos hermosos hijos castaños de ojos azules que le dijeran "papá".

Pero vaya que la gente destruía ilusiones, destruía vidas, y destruía futuros.

Por eso, al igual que Hermione, había prometido vengar su muerte.

Hermione ¿Greengrass?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora