Creman el cuerpo de mi hermano en cuestión de minutos y el director me ordena estar en cuarentena por una semana.
Me llevan de regreso a mi departamento en un vehículo diferente al primero. Este tiene una separación de cristal entre el conductor y yo para evitar el contacto. A esta hora ha empezado a caer una suave llovizna que deja las calles resbaladizas y brillantes. La congestión vehicular ha disminuido, pero el número de agentes en la carretera se ha triplicado. Supongo que esas patrullas ya dejaron vacías la mayoría de las otras carreteras y llegan a apoyar en esta que es la principal.
Cuando estoy en mi departamento, cierro la puerta a mis espaldas y me siento en el suelo con las rodillas presionadas sobre mi barbilla y empiezo a llorar tan fuerte que siento un dolor abrasador en el centro del pecho. Decenas de recuerdos viajan por mi mente uno tras otro en los que Colin está a mi lado con una sonrisa de oreja a oreja, cuando estamos niños, cuando somos adultos, cada recuerdo más doloroso que el anterior. Después, me levanto aturdida y camino hasta mis trofeos y los de Colin. Tengo más de diez de la competencia nacional de motocross y mi hermano como treinta. Nunca más estaré en una competencia junto a él, no habrá más entrenamientos a las cinco de la mañana cuando él me levantaba a cosquillas de la cama, cuando me enseñaba nuevos trucos y piruetas en el aire. Trago saliva, formo un puño a tal punto que se me clavan las uñas en las palmas de las manos. Escucho la voz de mi hermano una y otra vez, veo su sonrisa, lo veo muerto en la morgue del FBI. Rompo el vidrio con el codo, los cristales estallan como un enjambre de abejas y caen al suelo. Miro la escena a través de una cortina de lágrimas y saco los trofeos, los miro, los acaricio y los lanzo a la pared mientras grito cada vez más fuerte. Algunos se rompen con el impacto y otros ruedan por el suelo.
Siento que las piernas me fallan, así que camino con cuidado hacia el mueble y me acuesto en posición fetal. En la mesita de noche hay un cuadro con una fotografía de nosotros. Estamos en el Nuevo Times Square. Es la primera vez que fuimos juntos. Agarro el cuadro y la presiono en mi pecho. Me quedo llorando por Colin hasta que me duermo.
Un recuerdo se mezcla con un sueño.
Es su primer día en el FBI como agente encubierto. En su hora de refrigerio pasa a la escuela por mí y vamos a almorzar. Entramos a un restaurante de comida local con vista a la calle. Los balcones son amplios, el piso de mármol, el mobiliario tiene tonos blancos con dorados que hacen juego con las arañas doradas que cuelgan del techo abovedado. En el aire hay un leve olor a carnes, ensaladas y vino tinto.
—Se ve que este restaurante es carísimo —murmuro—. Yo no tengo dinero para ayudarte a pagar ni sé lavar los trastes.
Colin se ríe.
—Tranquila que no harás ninguna de las dos cosas.
Un mozo nos alcanza las cartas. Veo los precios. Cada plato supera los cien dólares.
—No, en serio, no. Vámonos de aquí a menos que quieras vender un riñón para pagar.
—No hace falta, por eso vendí mi moto —dice.
Me quedo de piedra.
—¿Por qué? Esa moto la tienes desde hace mucho.
—Me compraré otra con lo que gane en mi nuevo trabajo —se limpia el hombro en un gesto gracioso—. Además, es un día especial y quería pasarla con la persona más especial en mi vida.
Le doy una sonrisa.
—¿Y esa persona especial seré yo?
—Dije quería. La verdad esa persona especial no pudo venir, así que te invité a ti —responde con un tono gracioso tapándose la cara con la carta.
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Renacer ✔️
Научная фантастика[Primer libro de la trilogía "Renacer"] Mataron a su hermano, ahora buscará venganza. ••• La República De Las Américas, lo que antes era Estados Unidos, se ha convertido en la potencia mundial después de someter a varios países y proclamarlos como s...
