C:13 Corriendo riesgos

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Harry

Amor, eso es lo que se supone que siento, pero jamás me ha gustado definirlo. Creo que aunque me desespere y me enloquezca no tener un nombre para mis sentimientos, es mejor así porque realmente todas las palabras parecen ser pequeñas para describir lo que siento por ti. Si, soy un idiota idealizando una vida contigo, soy estúpido al pensar que algún día veré cada mañana al despertar esos hermosos ojos azules que me recuerdan al mar, pero para los soñadores como yo así es la vida, nos pasamos el tiempo fantaseando con lo que no fue, no es y nunca será, quizás es una forma de calmar a nuestra alma y nuestros impulsos descontrolados por querer hacer cosas que jamás haríamos cuerdos o sin alcohol en nuestros sistemas.

Louis —tonto y hermoso— Tomlinson sé que no leerás esto y que jamás tendremos una historia que contarles a nuestros nietos imaginarios, pero escribir lo que siento mientras mi mente sueña con que tú estás frente a mi oyendo cada palabra, hace que duela menos. La verdad es que no duele amarte, sino que duele que tú no me mires, que no te pongas nervioso por mi presencia, que no sientas mariposas por mi... duele que tú no estés malditamente enamorado de mi como lo estoy yo de ti.

Y sabes, diré que no es solo eso, porque podría haber superado el hecho de que no me ames, porque hubiera utilizado esa estúpida frase de "tengo suficiente amor para ambos", pero no, Lou, tú tuviste que conocerla a ella, buscar la mirada de ella, tomar su mano, abrazarla, besarla y lo peor de todo, amarla.

Amarla tanto como yo a ti.

En cierta forma sentimos lo mismo, pero por diferentes personas.

Solo quiero que sepas que mis ojos solo aprendieron a brillar por ti, al igual que este tonto corazón que jamás se dejó vencer por nadie hasta que tu llegaste y solo... dios, Louis, ¿por qué tuviste que ser amable conmigo? ¿Por qué rayos miraste mis ojos y sonreíste? No me dejaste alejarte como a los demás, no permitiste que mi corazón te ignorara y es que tú, tú brillas sin notarlo, siempre eres el centro de atención porque eres maravilloso y no lo notas, ella no lo nota.

Solo sé que, si tú me hubieras dado la oportunidad de amarte, te hubiera recordado cada segundo de mi vida lo perfecto y maravilloso que eres, pero ahora solo lo hare en mi mente.

Tal vez deba decir adiós y esta vez definitivamente.

Prometo no volver a sufrir por ti, lamento que mi corazón se haya cansado de amarte.

Miro la carta que acabo de escribir y me planteo si tirarla o conservarla. Aunque sin importar que haga con ella, la persona a la que está dirigida jamás la leerá.

Finalmente decido doblarla y guardarla en mi bolsillo.

Miro al frente y veo la pizarra llena de números y letras. No sé en qué momento dejé de prestarle atención al profesor y comencé a escribir aquella carta. La verdad es que no tenía razón para hacerlo, pero necesitaba desahogarme de alguna forma, necesitaba sentir que le decía aquellas palabras a Louis.

Del ojiazul no sé nada desde el día de la fiesta de Ashton. Esa noche lo llevé a mi casa y dejé que descansara en mi habitación, yo dormí en el sofá de la sala. Cuando desperté él ya no estaba y desde entonces no hemos hablado. Nos hemos topado alguna que otra vez, pero él siempre está con Hannah, por lo cual yo rehuyó de su mirada.

Por otro lado, he estado pasando más tiempo con Timothée. Él ha sido un gran confidente y me ha escuchado hablar de Louis toda la semana. Realmente estoy agradecido con él, ha sido una gran distracción y me ayuda a no sentirme solo.

En cuanto a mis amigos, casi no los veo. Ellos están demasiado involucrados en sus relaciones y yo respeto eso, por eso no los molesto demasiado.

Mi vida no es la mejor en estos momentos y mis sentimientos se sienten como una tormenta que quiere arrastrarme, pero puedo sobrevivir a todo eso. No quiero dejarme arrastrar por la miseria.

Es loco, ¿no? El como una sola persona puede llegar a tu vida así sin más y cambiarlo todo. Recuerdo que antes de Louis yo era una persona común por así decirlo, no tenía preocupaciones, mis sentimientos eran normales, estables, y mi cabeza solo pensaba en sobrevivir a la escuela. Pero cuando esos ojos me miraron por primera vez, todo cambio, todo se sintió distinto. Fue como si las cosas dejarán de tener sentido y tuvieran un nuevo significado; las canciones que antes solo eran canciones ahora tienen un significado especial, las mariposas de las que todos hablan eran ajenas a mí y ahora son mis compañeras diarias, aquel dichoso dolor en el pecho no lo conocía, pero llego a mi sin avisarme y duele, tanto que no se lo deseo ni a mi mayor enemigo.

Sin dudas enamorarme por primera vez ha sido una gran experiencia, algo que cambió mi manera de ver las cosas totalmente. Tuvo sus cosas buenas, no todo es triste. Tengo mucho que agradecerle a Louis, aunque no sea consciente de todo lo que causó y causa en mí. 

Es hasta gracioso que mientras yo tenga miles de emociones por él, él no sea consciente de nada, no tiene ni la mínima sospecha de lo que me sucede por él. Tal vez debería decirle, tal vez es hora de despertarlo de esa burbuja.

Al terminar la clase salgo apresuradamente hacia los casilleros, me acerco al de Louis y dejó caer la carta dentro de este, luego salgo corriendo como un lunático lejos de allí.

Me maldigo por ser tan impulsivo, ya estoy llegando a la cafetería para cuando me arrepiento.

Niall me observa con preocupación cuando me siento a su lado.

—¿Qué sucede, Hazz? —pregunta. Sus ojos azules están llenos de preocupación. Odio verlo así.

—Hice algo estúpido —suelto en un suspiro—. Deje una carta en el casillero de Louis. Una carta de confesión—le cuento. Su cara de preocupación desaparece y ahora el asombro ocupa su lugar.

—Wow, ¿de verdad? —asiento con la cabeza—. Nunca pensé que lo harías, ¿la firmaste verdad?

—¿Qué?

—Que si firmaste la carta con tu nombre.

—Oops —es lo único que digo. Niall suspira resignado y yo tengo ganas de golpearme.

¿Cómo pude olvidarlo? Era tan simple como poner mi apodo, mis iniciales, mi nombre, cualquier cosa para que Louis supiera que se trataba de mí.

—Quizás lo adivine —dije pensando en positivo. En ese momento Zayn y Liam se sientan con nosotros—. Hola, tortolitos.

—Hola —saludan ambos.

—No saben lo insoportable que está Louis —se quejó Zayn.

—¿Louis? ¿mi Louis? —pregunto más nervioso de lo que me gustaría.

—Si, Hazz. La cosa es que ha estado mandando miles de mensajes, parece que alguien le dejó un...

—Una carta —murmure.

—Si, ¿cómo supiste?

—Yo se la deje —confieso. Liam gira su cabeza como personaje de película de terror.

—¿Tú? Vaya, parece que me debes veinte dólares —le dijo Zayn a Liam—. Gracias, Harry. Ahora soy veinte dólares más rico.

—A nadie le importa —dijo entre dientes Liam mientras le pasaba el dinero—. ¿Le dirás que fuiste tú?

—No lo sé, demasiado tarde en decidir si se la daría o no y cuando lo hice me arrepentí. Me conformare con que lo sepa y se quede con la duda.

—Eso será difícil. Louis le dijo a Zayn que quiere saber quién le dejó tan bonita carta y no descansará hasta saberlo.

—Esto no es nada bueno —susurro—. No debí hacerlo.

Amarte A Mi Manera |1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora