14. Cenizas del Edén

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Oikawa se removió lentamente en el colchón. O al menos eso intentó, pues se encontraba aprisionado por un enorme brazo que rodeaba su cintura con fuerza. Se sintió confundido por unos segundos, hasta que la claridad y la conciencia regresaron a su ser, casi de golpe. Junto con todos los recuerdos de la noche anterior. 

Ushijima Wakatoshi dormía plácidamente junto a él, abrazándole por la espalda. Desnudo. Sintió una punzada en el cuello y con dificultad llevó una de sus manos hasta la mordedura causante del dolor, algo caliente e inflamada. Cierto. Ushijima le había mordido y ahora estaban vinculados. Era su alfa, y él su omega. 

Se zafó con esfuerzo del abrazo del castaño menor y sintió la viscosa humedad deslizarse entre sus muslos. Se le subió el color al rostro de pensar en todo lo que había sucedido la noche anterior y sobre todo, que el alfa había terminado dentro de él. Sin protección. ¡Lo había anudado incluso! 

Se levantó de la cama lentamente, buscó su camisa y su ropa interior y se dispuso a enjuagarse el cuerpo en la ducha. Necesitaba limpiar su cuerpo y aclarar sus pensamientos con el agua corriente. Pensar en qué seguiría después. 


Antes de despertar por completo, Wakatoshi escuchó que alguien tocó la puerta. Oikawa dentro de la regadera también escuchó, saliendo apresuradamente de la ducha y tomando una toalla para cubrirse. Probablemente el compañero de cuarto de Ushijima estaba de vuelta (si es que no había regresado antes cuando estaban dormidos... que vergüenza) y más le valía poder vestirse lo más rápido posible. 

- Un momento - escuchó la voz del alfa y algunos ruidos que sugerían que se estaba vistiendo y arreglando un poco la habitación, disimulando la evidencia explícita de lo que había sucedido ahí. 

Al fin se acercó a abrir la puerta, preparando una explicación para su compañero de cuarto, pero lo último que esperaba era ver a quién impacientemente estaba parado en el umbral. Más ojeroso que de costumbre, con los ojos hinchados y el rojo cabello desordenado, Tendo le miraba impasible. 

Antes de que el castaño pudiera decir algo, entró por la puerta, chocando a propósito con el hombro del alfa. 

- ¿Dónde está? - preguntó serio. La habitación estaba vacía. Se dirigió al baño y abrió la puerta, descubriendo al otro omega de frente a él. Oikawa bajó la mirada, incapaz de mirar al pelirrojo a los ojos. 

Tendo extendió la mano, tocando la marca enrojecida con los pálidos dedos largos. Las lágrimas se acumularon silenciosamente en los ojos escarlata, incapaces de disimular el enorme dolor que se apoderaba de su dueño. Ya lo sabía. Lo había sentido. Solo había tomado el primer tren de Miyagi a Tokio para asegurarse de que el terrible dolor que había sentido en su marca la noche anterior, seguido de absolutamente nada... solo podía tener un significado.

- Tendo... - la voz grave del alfa rompió el silencio y llenó al omega pelirrojo de rabia. Levantó la mano y soltó una fugaz y sonora cachetada a la mejilla de Oikawa. Se dio la vuelta para encarar a Ushijima, parándose derecho y orgulloso a altura del alfa. 

- Lo mínimo que pudiste haber hecho... era romper nuestro vínculo antes de revolcarte con él - las palabras salieron frías y cortantes de sus labios. Les dio la espalda y salió presuroso de la habitación. 

Oikawa y Ushijma se miraron. No hacía falta que le dijera nada, Oikawa podía percibir la enorme angustia del alfa. 

- Ve - le incitó, arrepintiéndose al instante, cuando un enorme nudo se formó en su garganta al ver a su alfa salir corriendo detrás de donde había desaparecido Tendo. 

Se sentó en la cama, abrumado con nuevas emociones y sentimientos. Ni siquiera habían tenido la oportunidad de hablar acerca de lo que había sucedido y ya estaban enfrentando las primeras consecuencias de sus actos. Y de la peor forma posible. 

En el medio (Ushioi omegaverse) EspañolTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang