⛓⋰✵𝓒𝓱𝓪𝓹𝓽𝓮𝓻 9⟿

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18 de Diciembre.

Enamorado de mí, si claro.

Ya debe sentirse mucho mejor como para jugar con algo así. Pero sus ojos parecían dolidos, pidiendo que me quedara, que tenía miedo, que no jugaba.

Algo en mí me decía que debía volver y disculparme pero no, ella espera en su casa y de sorpresa llegaré. Ella es a quien yo amo, ella es con quién quiero pasar mi vida, ella y solo ella.

Él es sólo mi mejor amigo, sólo eso.

Si estoy con ella todo estará bien, con ella olvidaré todo esto. Al menos ella me ama.

Fue más rápido el trayecto hasta su hogar que no me dí cuenta de cuando había llegado, sabía dónde deja la llave de su casa para cuando yo quisiera entrar; entre esas rosas rojas la escondía. La tomé y abrí la puerta con mucho cuidado intentando no hacer ruido para sorprenderla, por ella debo ser feliz.

Su voz se oía en la cocina.

Mi mundo se vino abajo.

¿Así se siente ser rechazado? ¿Así se siente ser engañado?

- Atsumu...¡No es lo que piensas! -

Tenías el descaro de acercarte a mí mientras intentabas cubrirte, que asco.

- ¿Qué no es lo que pienso? ¿Mis ojos me engañan? ¿A eso te refieres? -

- no, déjame explicártelo - tomaste mi mano, que asco.

- ¡No!¡No hay nada que explicar! ¡Quédate con ese tipo!¡Fuí un idiota que entregó todo por ti! Me das asco mujer -

Me dí la vuelta y salí de ese lugar, tus gritos y llamados no me harían volver; no después de lo que ví. Entregué todo, en verdad amé, en verdad quería ser feliz contigo pero al parecer fuí el único estúpido que se enamoró.

Osamu tenía razón, siempre la tuvo.

Y pensar que te lleve al departamento, te presenté a mis amigos, te invité a comer, te regalé muchas cosas, quise hacerte feliz, quise que te llevaras bien con mi mejor amigo...con Sakusa.

¡Sakusa! No, no, no, Sakusa.

El cielo comenzaba a obscurecer, la luna comenzaba a brillar, correr a casa era la única opción. Fuí un estúpido al dejarte solo en el departamento, estando enfermo y herido del corazón, fuí cruel con tus sentimientos y ahora yo lo estoy pagando.

Mis piernas pesan, sólo dos cuadras más y espero encontrarte en tu cama, durmiendo o despierto; sólo espérame ahí Sakusa.

Los grillos comenzaban a cantar y las personas regresaban a sus hogares, las lágrimas bajaban por mi rostro pero no por el hecho de haber sido engañado, lloraba de la preocupación, de querer saber que estás ahí aún. ¿Qué clase de amigo soy?

Torpemente saqué las llaves del pantalón y abrí la puerta, el departamento estaba obscuro, sólo la luz de la luna entraba por las ventanas. Un escalofrío recorrió mi piel.

- ¡Kiyoomi estoy en casa! ¿Dónde estás? - dejé los zapatos en la entrada y corrí hacia las escaleras.

Mis calcetas se humedecieron, encendí la luz y lo primero que ví fueron rastros de sangre, un camino de sangre y pétalos. Todos dirigían a tu habitación. No, no, no.

- ¡Sakusa, Sakusa ¿Dónde estás?! -

Entré a tu habitación y encendí la luz, tu cama estaba llena de esos pétalos rojos, el suelo aún tenía el camino de flores y sangre; corrí al baño y después hacia ti tomandote entre mis brazos.

𝐑𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐞𝐧 𝐈𝐧𝐯𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨  (SakuAtsu)Where stories live. Discover now