"Solamente puedo expresar mis sentimientos con palabras"
Pequeñas historias en donde tu eres la protagonista junto a cualquiera de los personajes de shingeki no kyojin. Historias 100% mías, prohibida cualquier copia o adaptación.
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Aprete con fuerza mi celular tratando de reprimir mis ganas de gritar o llorar, e incluso ambas.
Pieck por fin acepto salir conmigo.
Esa fue la frase que provocara que mi mundo se desmoronara en cuestión de segundos y lo peor de todo era que no había forma para remediarlo.
- (T/N) – me llamo de la otra línea – ¿(T/N) sigues ahí? –
- Ah, sí perdón es que hubo una pequeña interferencia – mentí
- No puedo creer que esté pasando, estoy muy emocionado, no sé dónde llevarla, digo Francia es enorme, pero quiero que sea algo especial – "Dios este chico quiere matarme" pensé
- Se que encontraras algo – dije sonriendo, aunque no sabía porque lo hacía si ni estaba feliz y él tampoco podía verme, tal vez lo hacía por el hecho de querer engañarme a mí misma y hacerme creer que todo estaba bien, aunque estaba completamente lejos de serlo
- Eso espero – suspiro – Bien tengo que colgar, ya llegué a mi siguiente clase –
- De acuerdo, nos vemos – y finalice aquella tortuosa llamada para después recostarme sobre mi cama.
Sentir sus manos tocando cada parte de mi piel era algo completamente indescriptible, aquello era lo único que necesitaba en aquellos momentos y el hasta cierto punto lo sabía, no por ello se atrevió dejarme entrar a su casa en medio de la noche como si nada.
- ¿Está todo bien? – pregunto bebiendo un poco de su café sin dejar de mirarme
- ¿Por qué lo dices Armin? – contrataque
- Cuando llamaste te note decaída y cuando llegaste igual – contesto – Sabes que puedes decírmelo, antes de todo esto somos amigos ¿no? –
- Me gustaba un chico, pero el invito a salir a alguien más – confesé finalmente mientras trazaba pequeños círculos sobre la encimera de la cocina – Aunque ya sabía de ello aun me aferraba a la idea que tal vez algún día podría llegar a gustarle ¿ridículo no? – alce la mirada topándome con su rostro a unos cuantos centímetros de la mía, mirándome con sus intensos ojos azules, algo que me fascinaba de él era la manera con la que me miraba, no lo se me hacía sentirme... amada
- A mí no me parece ridículo... – comento colocando su mano sobre mi mejilla y acariciándola con su pulgar – De hecho, me parece tierno – concluyo para después besarme con tanta ternura que el solamente sabía hacer
